Banbu, la marca ecológica zero waste y 100% consecuente

Lo hemos contado muchas veces. La primera vez que vimos los productos de la marca ecológica Banbu, casi se nos saltan las lágrimas. Sus productos tienen una estética muy limpia, casi zen, desprendiendo una armonía y belleza exquisita.

Solo su apariencia transmite calma, quietud y te invita a una vida más slow.

No se a vosotras, pero a nosotras las cosas bellas nos llenan de alegría (muy al estilo de Marie kondo), nos transmiten paz y nos inspiran.

Y eso nos pasa con los productos Banbu, podríamos quedarnos mirándolos eternamente.

Porque en esta marca todo es excepcional.

Para empezar son productos zero waste. Y cuando decimos zero waste decimos zero waste hasta sus últimas consecuencias. De hecho solo trabajan con proveedores que les garanticen la ausencia de plásticos de un solo uso.

Y eso es muy loable.

Porque en todo esto de la sostenibilidad hay mucho, muchísimo, postureo. Postureo que no se ve a menos que rasques o te cueles entre las rendijas de las empresas y compruebes como el zero waste no es más que un carro al que se han subido y que si mañana se llevara el total waste, pues se cambiarían de carro sin problemas. 

El mercado manda.

Pero cuando te encuentras con marcas en las que no es el mercado el que manda, sino la naturaleza y elaboradas con los mejores ingredientes que descentran al ser humano en la tierra para pasar a formar parte de un todo, entonces todo encaja como un puzzle sideral.

Y Banbu es una de esas marcas en las que el ser humano es ambivalente: forma parte del problema, pero también de la solución.

Quedarse llorando por los rincones diciendo lo mal que está todo no impactará en modo alguno. Pasar a la acción haciendo algo que sume lo cambia todo.

Lo cambia todo a pesar de ser tan pequeños como Banbu porque demuestran que sí se puede y ya no puede servir de parapeto para quienes aseguran que no se puede. Y no hace falta vivir en una cueva ni desconectarse del mundo para ser más consciente, más sostenible. Más bien al contrario. Se trata de volver a conectar con nuestra esencia.

Y podríamos quedarnos ahí, hablando de la filosofía que hay detrás de Banbu y de sus creadores Rodri y Vero. Y nos darían las mil.

Pero es que esta marca, además de tener una conciencia y una filosofía redonda sin fisuras ni posados, tiene unos productos que quitan el hipo. Y por eso están triunfando.

Hoy queremos hablaros de su línea capilar certificada por bio Inspecta.

Si eres de las que se quiere pasar a la cosmética zero waste y aún no conoces cómo funcionan los champús sólidos te diremos que en el mercado puedes encotrar dos tipos de champús sólidos: los que nosotras llamamos jabones sólidos capilares, que no dejan de ser jabones y hace falta tener un conocimiento más profundo del cabello y sus necesidades para usarlos, y los champús sólidos como los de Banbu, que funcionan exactamente igual que tu mejor champú.

Pero sin agua y sin problemas en los aviones 😉

En Banbu tienen dos tipos de champú: uno para cuero cabelludo normal a seco y otro para cuero cabelludo graso.

Champú para cuero cabelludo seco Banbu

Fue el primero que usamos. Con la edad, nuestro cuero cabelludo ha pasado de ser graso a ser sensible y la nutrición y la hidratación que nos aportan los champús para cabello seco nos devuelven las ondas que tanto nos gustan en nuestro cabello.

El champú va presentado en una caja de cartón y delicadamente envuelto en papel. La verdad es que da hasta pena desenvolverlo. Su aroma es dulce, tropical, a coco y flores… Sencillamente sensacional. Pero no es un aroma invasivo.

Su tacto es suave y firme, con una dureza media.

Como todos los champús sólidos, para aplicarlos solo tienes que humedecerlos y frotarlos entre las manos para crear espuma.

La espuma de los champús Banbú es sorprendentemente consistente y abundante y al ponerlo en el cabello es como aplicar un bálsamo más que un champú, de lo suave que es y lo bien que permite lavar el cabello.

Y es que en su composición hay mucho equilibrio. Empezando por el sulfato principal.

¿Cómo? Te preguntarás ¿Un sulfato en un champú bio?

Pues sí. Los sulfatos tienen muy mala prensa por culpa de algunos de ellos que son muy agresivos con la piel o están elaborados mediante procesos tóxicos, como es el caso del SLS y el SLES (o sea, Sodium Lauryl Sulfate y Sodium Laureth Sulfate). Cuando leas en un anuncio «libre se sulfatos» muchas veces se refiere a estos dos sulfatos, no a todos los sulfatos.

El Sodium Coco Sulfate que tiene este champú está elaborado a base de coco. El problema es que si se trata de un producto no certificado ese surfactante extraído del coco puede tener una calidad dudable, pero tratándose de un producto certificado la calidad y las prácticas ‘verdes’ están aseguradas.

Este sulfato está combinado con uno de nuestros surfactantes preferidos como el es coco glucoside. Lamentablemente un champú elaborado únicamente con este último ingrediente sería demasiado suave y no nos lograría arrancar más que un ‘pse’ en el resultado final.

Por eso la combinación de estos dos agentes limpiadores permite una limpieza profunda, una sensación espumante rica y buena y una gran suavidad. Es un dúo de ases.

Junto con estos ingredientes tenemos el kaolín, que limpia con extrema suavidad el cuero cabelludo, seguido de la betaína, la manteca de karité y el aceite de coco. Estos dos ingredientes son parte del secreto de este chapú, junto con el uso del extrato de babú, muy rico en silicio, proteína hidrolizada de maiz, trigo y avena, perfectas para el cabello dañado y sin vida, jugo de aloe vera, aceite de girasol, manzanilla, romero y tomillo.

Una composición larga y estudiada que da como resultado un champú suave, ideal para cabellos secos y delicados, que al enjuagarno deja el cabello nutrido.

Os diremos que no hemos necesitado crema hidratante posteriormente.

El cabello queda muy suelto, con brillo y precioso. Sin duda uno de los mejores champús sólidos que hemos probado.

INCI: Sodium Coco-Sulfate, Oryza Sativa Starch, Kaolin, Betaine, Butyrospermum Parkii Butter*, Cocos Nucifera Oil*, Glyceryl Stearate Citrate, Aqua, Coco-glucoside, Parfum, Citric Acid, Glyceryl Stearate, Cetyl Alcohol, Glycerin, Bambusa Vulgaris Extract, Hydrolyzed Corn Protein, Hydrolyzed Oat Protein, Hydrolyzed Soy Protein, Hydrolyzed Wheat Protein, Aloe Barbadensis Leaf Juice*, Chamomilla Recutita Flower Extract, Glyceryl oleate, Helianthus Annuus Seed Oil, Sodium Phytate, Rosmarinus Officinalis Leaf Extract, Thymus Vulgaris Oil, Lecithin, Potassium sorbate, Sodium benzoate, Tocopherol, Hydrogenated Palm Glycerides Citrate, Linalool**

El precio de este champú es de 8,25 euros en la web de Banbu.

Champú Banbu para cabello graso

Y si el champú para cabello seco nos encanta, el de cabello graso no se queda atrás.

La verdad es que hasta que nos pasamos al lado bio de la vida siempre hemos tenido que elegir entre tener la raíz sin grasa o tener el cabello bonito. Y eso es una mier**.

Si estás harta de tener que decidir, pásate al lado bio de la vida.

Porque con este champú podrás eliminar de forma suave el exceso de sebo gracias a su mezcla de aceites perfectos para el cuero cabelludo graso, el almidón de arroz, la arcilla y el carbón activo, todos ellos ingredientes que absorben la grasa con suma delicadeza sin restarle a tu piel un ápice de lo que necesita.

De forma que no hay efecto rebote. No hay más grasa. Si quieres reconciliarte con tu cabello no le quites nada. Dale solo cosas buenas.

La suavidad que este efectivo champú deja en el cabello es alucinante. Cero grasa, cero picores, bienvenida suavidad.

Y es tan bonito que hasta da pena usarlo, pero no te dé corte y úsalo. Tu cabello te lo agradecerá.

El precio de este champú es de 8,25 euros en la web de la marca zero waste Banbu.

INCI: Sodium Coco-Sulfate, Montmorillonite, Betaine, Oryza Sativa Starch, Aqua, Citric Acid*, Coco-glucoside, Rosmarinus officinalis Leaf Water*, Parfum, Cocos Nucifera Oil*, Glycerin, Simmondsia Chinensis Seed Oil*, Hydrolyzed Corn Protein, Hydrolyzed Oat Protein, Hydrolyzed Soy Protein, Hydrolyzed Wheat Protein, Glyceryl oleate, Charcoal powder, Arctium Majus Root Extract, Helianthus Annuus Seed Oil, Sodium Phytate, Rosmarinus Officinalis Leaf Extract, Thymus Vulgaris Oil, Lecithin, Potassium sorbate, Sodium benzoate, Tocopherol, Hydrogenated Palm Glycerides Citrate, Linalool**, Geraniol**, Citronellol**, Limonene**

Acondicionador sólido Fruit

No hemos probado demasiados acondicionadores sólidos, pero es un producto que no sabemos por qué no nos llama.

Quizá sea porque los que hemos probado hasta el momento eran muy duros y precisaban de mucho trabajo para usarlos, o porque requerían de un mimo extra para hidratarlos y como siempre vamos a mil cuando nos queríamos acordar ¡ostras! estábamos dentro de la ducha y el acondicionador sin hidratar.

Sea como fuere no le habíamos encontrado el punto.

Así que cuando recibimos Fruit no lo acogimos con la ilusión que merecía, y le pedimos perdón por ello.

Lo primero que nos enamoró es su aroma a yogur de fresa. Un aroma afrutado, dulce y ácido al mismo tiempo que nos enamoró perdidamente.

En su INCI danzan ceras vegetales (porque toda la marca es vegana), aceites, mantecas, proteínas, arcillas para darle un cuidado extra al cabello.

Al desenvolverla la boca se hace agua del aroma tan intenso y delicioso que tiene, y el momento de la ducha se convierte en una delicia.

Su consistencia es media, lo cual marca una diferencia con los otros que hemos probado, ya que puedes usarlo como si se tratara de un jabón y pasar las manos varias veces sobre él y aplicarlo después de medios a puntas.

Como el champú deja el cabello muy suave quisimos probarlo con otro champú más seco para ver el efecto.

Al aplicarlo la verdad es que no notamos nada diferente. Al secarse el cabello tampoco notamos un efecto wow (ese que siempre esperamos).

Normalmente lavamos el cabello por la tarde-noche y así se seca con tiempo.

Al día siguiente, al levantarnos, si vimos que no teníamos los pelos de bruja habituales y había un mayor control del frizz.

Y lo que realmente nos enamoró fue ver un tirabuzón en el cabello.

Hace un par de años cometí el error (me paso a primera persona) de hacerme un tratamiento en el cabello que me lo dejo bastante mal: reseco y más liso de lo normal. Por eso adoro los productos que dejan mi pelo como lo recuerdo: con el rizo grueso, tirabuzones ocasionales, cuerpo y riqueza.

Y este pequeño acondicionador al que había subestimado me devolvió eso al cabello.

Ahora lo tengo en un pedestal que aromatiza mi cuarto de baño 😉

El precio de este pequeño gran acondicionador es de 10,50 euros en la web de Banbu.

Coco-Caprylate/Caprate, Oryza Sativa Bran Wax, Aqua, Cetyl alcohol, Coco-betaine, Betaine, Cocos Nucifera Oil*, Kaolin, Aroma, Crambe Abyssinica Seed Oil Phytosterol
Esters, Butyrospermum Parkii Butter*, Sodium Cocoyl Hydrolyzed Pea Protein, Glyceryl Caprylate, CI77742, Glycine Soja Oil, Tocopherol, B-sitosterol, Squalene, Citric Acid.

Cepillo de pelo redondo

Y por último queremos hablar del cepillo de pelo redondo de Banbu.

Siempre hemos pensado que las cosas bellas tienen una energía diferente. Mucho antes de pasarme al lado bio de la vida disfrutaba del contacto con productos de madera: peines, pinzas para tender, bolsas de tela. Materiales nobles, duraderos y no contaminantes para el planeta.

Y por eso, este cepillo hecho con bambú moso, caucho y nada más, es perfecto para ti.

Nos encanta que el manco sea plano y ancho, lo que lo hace muy ergonómico y, además, el cepillo es muy grande, por lo que tardas cero en cepillarte el cabello.

Con su uso evitas que el cabello se rompa o se electrice, además de evitarle al planeta un problema cuando ya no lo uses. Aunque no querrás deshacerte de tu cepillo Banbu, si así lo hicieras el planeta lo gestionaría como lo hace con el resto de productos naturales: descomponiéndolo sin problemas.

El precio de este maravilloso cepillo de pelo es de 12 euros en la web de Banbu.

Y vosotras ¿conocíais esta marca vegana, ecológica y zero waste de cosmética y productos para el hogar?

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