No. Este no es uno de esos artículos en los que te dicen ‘Ella tomó este jugo y no creerán lo que le pasó’. Y luego lees la ¿noticia? y es un churro en toda regla. Para nada. Hoy os contamos de verdad por qué tu solar con protección 50 puede rebajarse a 15 ¡incluso menos! si haces lo que te contamos en el artículo… Es más, vamos a contarte por qué en Orgànics Magazine hemos decidido apostar por los solares SPF30 para proteger el rostro a diario en vez de los solares SPF50.
Pero vamos por partes.
Si para la protección de tu piel frente a los rayos UVA y UVB ya usas solares con filtros físicos minerales sigue leyendo. Si no te recomendamos que vayas a nuestro artículo sobre los solares con filtros químicos donde te explicamos por qué deberías dejar de usarlos. Pero te lo resumimos: son nocivos para tu organismo y para el medio ambiente. Mucho. Muchísimo.
De hecho las Benzofenonas, una de las tres familias de ingredientes de los solares con filtros químicos, son las responsables directas del blanqueamiento de la barrera de coral. Un dantesco espectáculo obra, cómo no, del ser humano.
Pues bien, teniendo en cuenta que ya no usas solares tóxicos, vamos a responder a algunas de las dudas que más se repiten en nuestra sección help!
Como os contamos hace tiempo, la forma de medir el SPF (Factor de Protección Solar) de un producto es totalmente irreal. Se supone que si nos quemamos a los 10 minutos de exposición solar y nos aplicamos un solar SPF50 podemos aguantar sin quemarnos un total de 500 minutos, ya que se multiplica el número del Factor de Protección Solar por los minutos que seamos capaces de estar sin quemarnos.
Si tienes un Fototipo I (rubio nórdico digamos), seguramente no aguantes más de 9 o 10 minutos al sol ¡como mucho! mientras que si tu piel es la típica morenas mediterránea (Fototipo III) y notas que la piel se enrojece tras media hora de exposición solar, con ese mismo solar podrás aguantar 1500 minutos de sol. Es decir, dos jornadas de playa con una sola aplicación de un solar SPF50.
Entonces ¿por qué me quemo?¿Por qué dicen las marcas que he de replicar mi solar cada dos horas?
Muy sencillo. Ese SPF (da igual el número, las pruebas son idénticas sea cual sea el factor de protección solar) corresponde a una cantidad de producto tal que con un bote de 30ml nos vendría justito para una sola aplicación en un adulto (y que no fuera muy alto).
O sea que para una familia de cuatro miembros en un día de playa de esos que nos gusta a los españoles de once de la mañana a seis de la tarde, necesitaríamos nada más y nada menos que medio litro de solar.
O sea que para una familia de cuatro miembros en un día de playa de esos que nos gusta a los españoles de once de la mañana a seis de la tarde, necesitaríamos nada más y nada menos que medio litro de solar.
¿Cuánto te dura el solar a ti? Si gastas menos de un bote al día lo estás haciendo mal. O, mejor dicho, no lo estás haciendo como las absurdas normas de Colipa mandan.
Y es que para hacer las pruebas se coge a voluntarios en un laboratorio (ya empezamos mal) se pintan varias secciones de un centímetro cuadrado en la piel de la espalda y se les somete a rayos UVA hasta que se les causa el llamado eritema mínimo solar. O sea, hasta que se les enrojece la piel. Luego se les se les aplica un miligramo de producto por cada centímetro cuadrado en la misma zona no afectada por los rayos.
Esa cantidad es sometida a rayos UVA nuevamente hasta que, de nuevo, se causa un eritema mínimo solar y se calcula el tiempo que la piel «ha aguantado» para determinar el SPF. Si es 15 veces más, estamos ante un SPF15, si es 30 veces más un SPF30 y si son 50 veces más ¿lo adivináis?
El problema
El problema es que si en un centímetro cuadrado de piel tenemos que aplicar 1mg de producto por cada centímetro, un adulto en cada aplicación necesitaría entre 30-40 gramos de producto. Y reaplicar cada dos horas. Siguiendo con el ejemplo de once de la mañana a seis de la tarde en la playa, un adulto necesitaría para él solito entre 120 y 160 gramos de producto.
En un sólo día.
¿Alguien ve el error?
Pues sí. El error de todo esto está en la forma de calcular ese SPF, bajo unas condiciones totalmente irreales.
Además ese cálculo de SPF se hace en parado. En laboratorio. Sin arena azotándote, sin tirantes del bikini, sin toalla de rizo tiesa por el salitre, ni olas en la playa y, por supuesto, sin sudar… Te echas tu solar y te quedas parada todo el día. Sólo así lograrás que tu solar cumpla con lo que promete.
Pero claro, las marcas de cosmética no tienen otra forma de validar esa protección que pasando por el aro y haciendo estos test tan irreales y que creemos van en contra de los consumidores. Porque si un solar de 50ml me tiene que durar para una aplicación y poco, ya os decimos que ningún ser humano se aplica correctamente el solar.
Al final el SPF50 prometido se convierte en un SPF15-20 (Eso con suerte). Incluso hemos leído recomendaciones de algunas marcas de cosmética que dicen ‘si tu solar te queda muy blanco sólo tienes que extenderlo más o mezclarlo con tu maquillaje habitual’ ¡Hombre, pues advierte a los consumidores que entonces no se estarán aplicando un SPF50 sino un SPF20 como mucho!
Durante estos cinco años hemos testado más de 50 solares diferentes y hemos llegado a una conclusión: cuando más blanco es el solar más lo extendemos y menos cantidad aplicamos (vale, no hace falta estudiar en Yale para llegar a esta conclusión, pero es algo que hemos constatado en medio centenar de ocasiones).
Porque en Orgànics Magazine somos blancas. Muy blancas. Tenemos un Fototipo II y siempre hemos usado SPF50 para el rostro. Pero a no ser que sean solares con color o color porcelana hemos tendido a extenderlos hasta el infinito y más allá. Hasta que su SPF50 se ha convertido en la nada.
Porque la protección de un solar viene determinada por la concentración de partículas que actúan como filtro mineral. Es decir, viene dado precisamente por esos millones de partículas de dióxido de titanio y óxido de zinc que le aportan ese tono blanco que queremos evitar y que extendemos hasta la saciedad. Es como poner una olla de un litro de agua con cinco gramos de sal y otra con cien litros de agua y cinco de sal. La segunda tendrá una concentración de sal tan pequeña que a penas si se notará que la lleva. Pues lo mismo con los solares. La concentración de partículas minerales es la clave de la protección. Y el secreto del SPF50 radica en poner la cantidad que los fabricantes indican. O sea. Un bote de 30-40ml por adulto y aplicación.
Así que ya tenemos claro que cuando usamos un solar SPF50 y lo aplicamos de forma cabal (que no de forma correcta) en realidad estamos usando un solar SPF15-20 (cabría redefinir los SPF para ajustarlos a la realidad, pero pedir eso es como predicar en el desierto).
Cómo aplicar correctamente un solar ecológico
Vamos a pasar de largo por la forma en la que tu solar de factor 50 pueda seguir siendo un factor 50. Se nos antoja imposible. Pero os vamos a dar unos consejos para que ese factor de protección solar sea lo más cercano a esa protección:
- Elige un solar cremoso. Los solares que son más cremosos penetran mejor, hidratan más y dejan menos pátina blanca ya que al distribuirse de forma más uniforme quedan menos blanquecinos. Si tienes la piel grasa y te da miedo que te pueda salir acné opta por fórmulas que lleven óxido de zinc, que es un ingrediente maravilloso para la piel ya que ayuda a calmar las irritaciones (de hecho las cremas de pañal lo contienen) y seca un poco mas el rostro. Por contra en solares con factores de protección alta no puede usarse de forma exclusiva porque el ZnO es como un cemento. Las mejores opciones son las que contienen ambos filtros.
- Pon tu solar en dos pasos. Aplica una primera capa con una cantidad óptima de producto. Empieza por el rostro y sigue bajando (o al contrario). No lo extiendas mucho, tiene que quedar muy blanca la zona. Luego vuelves a pasar por el mismo lugar ayudando a que se absorba el producto sin extenderlo. Haz una tercera pasada si es necesario para que quede más traslúcido. Si das tiempo a que se absorba bien la crema a penas notarás el tono blanquecino y habrás aplicado una gran cantidad de crema ¡probablemente un SPF35!
- No te pongas tu solar ecológico antes de salir de casa. Los filtros físicos no son como los químicos que necesitan media hora para actuar. Estos son como una media que nos ponemos en la piel en el momento de aplicar la crema. De hecho si te pones tu solar en casa por comodidad, al llegar a la playa o montaña deberías reaplicarlo en las zonas donde hayas llevado la ropa o hayan estado en contacto con el asiento del coche. Mejor al llegar a tu destino. Los solares bio protegen desde el segundo cero porque no tienen que reaccionar químicamente con tu cuerpo. No son absorbidos. Se quedan en la superficie envolviendo tu piel como millones de espejitos que reflejan los rayos solares.
- Los solares ecológicos son mas resistentes al agua que los convencionales (ya que las mantecas y aceites ayudan a que se pegue el filtro a la piel y no se disuelven en el agua de la piscina, del mar o en el sudor como los solares que no contienen aceites y mantecas). Pero aún así hemos de reaplicarlo cada dos horas siguiendo el mismo proceso. De verdad, no se tarda más de cinco minutos. Seguramente estemos acostumbrados a los sprays ‘me lo echo y me voy al agua’, pero para nosotras no hay comparación entre una protección saludable y otra que nos jod* el sistema endocrino.
- Elige un solar con una protección más baja (SPF30) para el día a día y una alta para la tomar el sol (SPF50).
Por qué recomendamos un solar con una protección más baja para el día a día
Hasta ahora hemos hablado de lo que se rebaja el Factor de Protección Solar de los solares más altos, los de SPF50, pero ¿Qué ocurre cuando en vez de usar un SPF50 usamos un SPF30? ¿En qué se queda ese solar SPF30? En todos estos años hemos constatado que un SPF30 es infinitamente más transparente que un SPF50, llegando incluso a ser totalmente traslúcido los de algunas marcas (también os decimos que los solares ecológicos desde el primer especial que hicimos a hoy han avanzado tanto que hablamos de mundos diferentes).
Es más, entre un SPF50 y un SPF30 no hay 20 veces menos protección. Sino un 1,3% menos de protección. El SPF 50 protege frente al 98% de los rayos UVB solares, mientras que el SPF30 protege frente al 96,7% de los rayos solares, según la Agencia española de Dermatología y Veneralogía (AEDV).
Así que, si eres de las que se pone solar durante todo el año o que lo usa para trabajar y tu solar de protección 50 te deja la piel tan blanca que te tiras media hora extendiéndolo o mezclándolo para que sea más traslúcido. No te afanes en extenderlo ni mezclarlo. Mejor opta por una protección más baja y más transparente (en aceite, gel o crema) o directamente por una con color. Eso sí, nunca por debajo del SPF30.
De esta forma, un solar con protección 30 o una crema facial con ese factor de protección es idónea para el día a día, los 365 días del año, para ir a trabajar, para las personas que son comerciales y no quieren que su piel se vea blanca o no les importa pero no quieren estar todo el día dando explicaciones de por qué tienen la piel tan blanca, o recibiendo consejos para comprar solares con tóxicos ‘porque quedan mejor’.
Además de todo esto, con el solar SPF30 no extendemos tanto el producto. No tenemos esa tendencia a poner una lenteja de solar en el rostro y extenderla hasta el cuello si se presta. Mejor texturas más cremosas, más transparentes, menos concentradas el TiO2 y ZnO pero que al ponerlas nos acerquemos más a las cantidades propuestas por las marcas.
Por supuesto, si tu solar de mayor protección lleva color o no es blanco ¡siempre apuesta por la mayor protección posible! Pero si tienes que elegir entre un factor alto mas blanco y uno más bajo transparente, nosotras apostamos por el segundo. Sin duda. Sabemos que es una recomendación controvertida y que habrá mucha gente que no la comparta, pero es nuestra opinión basada en nuestra experiencia. En más de 50 productos testados, en 5 años de especiales.
Entonces ¿tiro mi solar SPF50?
¡Ni mucho menos!
El solar de SPF50 lo recomendamos siempre para tomar el sol, para cuando vamos a la playa, para la piscina al aire libre, para los paseos por la montaña o por la ciudad, para todas aquellas ocasiones en las que vayamos a tomar el sol y a disfrutar del aire libre y queramos ir totalmente protegidos ¡pero con su pátina blanca y todo, claro! Para el cuerpo, para los peques ¡para ellos siempre una protección muy alta!
Y lo repetimos: pongamos de moda el blanco. Pongamos de moda el moreno saludable, el uso de la pamela, el sombrero, la gorra, el #melatrufairblanca, iluminemos nuestras playas y alabemos a quienes lo hacen. Enseñemos a nuestros pequeños que llevar la cara pintada de blanco es sinónimo de salud, de cuidar del medio ambiente, de proteger la barrera de coral, de un futuro sin melanoma.
No nos cabe mayor estupidez humana que la de ser capaces de sucumbir a las modas de maquillaje más absurdas y, sin embargo, avergonzarnos de aquella que puede evitarnos un cáncer de piel, de aquella que no contiene disruptores endocrinos, de la que ayuda a salvar el medio marino.
Desde luego creemos que somos libres pero las grandes marcas con sus anuncios y tendencias nos manejan como quieren. Hacen que amemos lo que nos destruye y que odiemos lo que nos puede salvar la vida. Porque el sol mata. Porque una piel que ha sufrido quemaduras solares tiene el doble de probabilidades de sufrir un melanoma que aquellas que no se han quemado. Porque los solares químicos tan transparentes son dañinos para nuestro organismo, para el nuestros pequeños, para el de las especies marinas, para la vida en el planeta.
Dejemos de mirar a otro lado y encogernos de hombros y tomemos las playas. Quizá nos aguardan bajo el asfalto y sólo tenemos que pintarlas de blanco.
Y la semana que viene os hablamos de la importancia de elegir solares que nos protejan de los rayos UVA e IR (os damos una pista: los solares ecológicos llevan la delantera en este sentido). Y empezamos ya con los test de producto. Este año hemos probado muchas nuevas marcas y tenemos muchas novedades que contaros ¡esto no ha hecho más que empezar!
Y vosotras ¿Qué protección solar compráis y en qué SPF creéis que se os queda?