Ítaca Organics es una marca de higiene bucodental ecológica que acaba de irrumpir en el mercado con una propuesta incontestable: productos ecológicos para terminar con las excusas.
Sí.
Porque cada vez somos más las personas que hemos dejado de poner en foco fuera de nosotras, de decir que no podemos hacer nada para cambiar las cosas, que todo está falta y que menudos gobernantes que tenemos.
Cuando el foco lo tienes puesto fuera de ti no puedes sino quejarte, ser víctima, dejarte llevar. Porque todo lo que pase en la sociedad depende de los demás, de los políticos, de los bancos, de los poderosos.
Y, reconozco, que he vivido allí muchos años de mi vida. Se está muy gustito viéndolo todo desde la barrera. Nos hemos acomodado bajo el paraguas de las manidas frases de ‘el mundo funciona así’ ‘poderoso caballero es don dinero’ ‘no vas/voy a cambiar el mundo’…
Pero cuando sales de ahí, cuando dejas de mirar las cosas desde la barrera y te atreves a dar el salto y pasar a la acción ocurre algo mágico.
La vida te devuelve las riendas que cediste día a día sin darte cuenta.
Y ahora, todo depende de ti. El mundo entero depende de ti.
Te conviertes en dueño de tu destino, te conviertes en inspiración, despiertas a una realidad que jamás te contaron donde cada una de tus acciones tiene repercusión.
Ya lo dijimos ayer, cada uno de los plásticos del mar tiene un nombre propio. Y muchos de ellos tienen el tuyo. Y el mío.
Y cuando dejas de ponerte excusas y actúas puedes llegar a crear cosas tan bonitas como las que han hecho Estefanía y Sergi. Dos emprendedores que un día decidieron dejar de ver el mundo desde una ventana y empezar a vivirlo de verdad.
Así nació Ítaca Organics, una marca sostenible, ecológica y consciente de higiene bucodental.
Porque cada día millones de microplásticos se escurren por nuestros desagües. Cada día millones de pastas de dientes con envases de plástico e ingredientes tóxicos, como el sodium laureth sulfate, son vendidos en todo el mundo.
Ítaca Organics nos ofrece una gama de productos suficiente para tener una sonrisa bella, sana y que no dañe nuestro planeta.
Hemos probado sus producto y os contamos lo que nos han parecido ¡empezamos!
Raspador de Lengua de acero inoxidable
¡Las ganas que teníamos de probar este cacharro!
Como sabéis durante la noche nuestro cuerpo hace las funciones de mantenimiento: limpia, detoxifica… Y todo eso se excreta a través de la orina, de los poros de nuestra piel y de nuestra lengua. Además, durante la noche la producción de saliva disminuye, lo que es un caldo de cultivo propicio para el crecimiento bacteriano.
Por eso cuando nos levantamos podemos tener la lengua blanquecina y mal aliento.
Si tras levantarnos tomamos directamente el desayuno, toda la suciedad y las bacterias de la lengua pasan de nuevo al tracto digestivo.
Una forma de eliminarlas es lavándonos los dientes o haciendo un raspado lingual Nosotras hacemos lo segundo y lo combinamos con el oil pulling.
El raspado lingual es muy sencillo de hacer. Se toma el raspador y se apoya en el final de la lengua (sin que nos de angustia, claro, queremos limpiar no tener arcadas). Lo pasamos desde el final al principio de la lengua varias veces. Después nos enjuagamos la boca, limpiamos los dientes de forma corriente o pasamos al segundo paso: el oil pulling.
Nos encanta cómo queda de limpia la lengua con él. Además viene con una cuca bolsita de algodón GOTS para guardarlo.
El precio de este raspador es de 9,95 euros en la web de Ítaca Organics.
Enjuague bucal natural, ecológico y vegano Itaca Organics
Este no es un enjuague bucal ordinario. Es un enjuague bucal a base de aceite, perfecto para practicar el Oil Pulling.
El Oil Pulling es una técnica ayurvédica que se practica en oriente desde hace milenios. Occidente ha estado durante milenios de espaldas a las medicinas orientales con una tradición de centurias detrás. Desde nuestra vista geocéntrica todo lo que existían antes de Pasteur es la nada.
No es raro ver medios de comunicación burlarse de las prácticas orientales y reducir el ayúrveda y la Medicina Tradicional China a las anécdotas y el ridículo.
Por suerte la ciencia es imparcial. Y cada vez son más los estudios científicos que corroboran los usos milenarios de las hierbas, plantas y técnicas de estas medicinas ancestrales que ‘descubrimos’ en Europa.
De nuevo You know nothing, John Snow…
Y el Oil Pulling es una de estas prácticas. De hecho hay varios estudios que apuntan su eficacia contra bacterias, incluso al mismo nivel que la clorhexidina, dado que los aceites vegetales y esenciales que se usan para el Oil Pulling, como estos de Ítaca Organics, son altamente bactericidas y son capaces de reducir la placa bacteriana y los patógenos en la cavidad oral.
Como os hemos comentado muchas veces, muchos de los tóxicos tienen una afinidad lipofílica. Por eso se quedan pegados a nuestra piel y por eso es tan necesario limpiarla cada día, incluso si no te has maquillado (y más ahora con el virus haciéndonos la puñeta y tanta bacteria en nuestras mascarillas).
Pues con la boca pasa lo mismo. El Oil Pulling consiste en tomar en ayunas una pequeña porción de enjuague y pasearlo por la boca durante unos minutos. Los aceites vegetales que contiene atraen la suciedad y las bacterias como si de un imán se tratara, amén de su poder para terminar con ellas.
Pasados lo minutos echamos el aceite en un tisú y nos lavamos la boca. Obviamente no te debes tragar el aceite, pero tampoco lo tires a la pila o al inodoro, ya que los aceites pueden taponarlo con el tiempo. Mejor a la basura directamente.
Personalmente me encanta usar los aceites de oil pulling para lavar los dientes. ¿Aceites para lavar los dientes?
Pues sí. Al igual que cuando descubrí los aceites para la limpieza facial y me costó creer que un aceite limpiara tanto, con la boca lo mismo. Aceite para limpiar, menuda ocurrencia…
Pues va de cine. Y en este caso como los aceites vegetales de girasol y almendra van acompañados de menta y eucalipto, así como extracto de caléndula, de manera que no solo tiene propiedades antisépticas, sino calmantes y cicatrizantes, perfectas para ti si eres propensa a las aftas.
Además de para hacer el oil pulling, obviamente, se puede usar como colutorio normal y no solo deja la boca limpia sino que el aliento queda fresco y con esa sensación wow de los anuncios (pero en este caso de verdad).
INCI: Helianthus Annuus Seed Oil* (aceite de girasol), Prunus Amygdalus Dulcis Oil* (aceite de almendras dulces), Eucalyptus Globulus Leaf Oil* (aceite esencial de eucalipto), Mentha Piperita Oil* (aceite esencial de menta piperita), Calendula Officinalis Flower Extract* (extracto de flor de caléndula), Limonene**, Linalool**, Geraniol**, Citral**
El precio de este producto es de 15,90 euros en la web de Ítaca Organics y cada botellita de vidrio viene con su cucharita de bambú para dosificar el aceite necesario.
Pasta de dientes
Pues ya que te poner a hacer una pasta de dientes diferente, la haces diferente de verdad.
No solo está certificada con más del 97% de ingredientes ecológicos, sino que es vegana, zero waste y de proximidad.
Nos encanta su presentación en envase de vidrio con tapa de aluminio que, además, va acompañado de una espátula para coger la pasta.
Se trata de la pasta de dientes más cremosa que hemos probado nunca.
Es una maravilla. Y su sabor realmente sorprendente.
Porque no lleva ningún edulcorante. Estamos acostumbradas a pastas de dientes con Xylitol pero, Itaca Organics, ha prescindido de este ingrediente para devolver el protagonismo al sabor real de los aceites esenciales empleados.
De esta manera la salvia, el romero, la regaliz, el eucalipto y la menta piperita toman el protagonismo en la fórmula y en tus papilas gustativas.
Está realmente buena.
Sí es cierto que el primer día echamos de menos ese punto dulce. Pero después su cremosidad y cómo deja los dientes y la frescura del aliento nos ha cautivado.
Sus principios activos son potentes antibacterianos, algo muy importante en estos momentos, ya que con las mascarillas cada vez que hablamos las bacterias de nuestra boca se quedan depositadas en las mascarillas, convirtiéndose en un caldo de cultivo para el maskné.
Así que hoy más que nunca una correcta higiene bucal es vital.
Entre sus ingredientes clave tenemos la arcilla blanca, los hidrolatos de salvia y romero, el aloe vera y el aceite de girasol, los extractos de regaliz, manzanilla y caléndula y los aceites esenciales de eucalipto y menta piperita.
Tienes que probarlo aunque sea una vez en tu vida…
INCI: Kaolin* (arcilla blanca), Calcium carbonate* (carbonato cálcico), Salvia Lavandulifolia Herb water* (hidrolato de salvia), Rosmarinus Officinalis Leaf water* (hidrolato de romero), Glycerin* (glicerina vegetal), Aloe Barbadensis Leaf Juice* (aloe vera), Helianthus Annuus Seed Oil* (aceite de girasol), Eucalyptus Globulus Leaf Oil* (aceite esencial de eucalipto), Mentha Piperita Oil* (aceite esencial de menta piperita), Calendula Officinalis Flower Extract* (extracto de flor de caléndula), Water, Xanthan gum, Chamomilla Recutita Flower Extract* (extracto de manzanilla), Glycyrrhiza Glabra Root Extract* (extracto de regaliz), Sodium Benzoate, Potassium Sorbate, Limonene**
El precio de esta increíble crema dental ecológica (tan suave como el chantilly) es de 12,90 euros en envase de 60ml.
Cepillos de dientes y estuche de bambú
Elaborados con bambú Moso, una variedad de la que no se alimentan los osos panda y que puede crecer ¡hasta 30cm al día!
Y no solo eso, sus cerdas de nylon no contienen BPA. Al terminar de usar tu cepillo solo tendrás que arrancarlas y depositarlas en en contenedor amarillo. El Cepillo de dientes en seis meses habrá desaparecido de la faz de la tierra. Nosotras lo usamos para señalizar los cultivos 😉
No solo son cepillos de dientes bonitos, sino que son 96% biodegradable. Y esto cobra relevancia cuando te dicen que cada año se usan en todo el mundo 3.500 millones de cepillos de dientes.
Y cada año se unen a sus hermanos formando una masa de plástico que finaliza, irremisiblemente, en el mar. Quizá esté algo manida ya la frase de «en 2050 habrá más plásticos que peces en el mar». Porque muchos de nosotros no nos hemos parado a pensar lo que eso significa realmente.
Dentro de 30 años, es decir, dentro de nada, nuestros mares y océanos tendrán más basura creada por el hombre que peces ha creado la naturaleza.
Y eso es muy gordo.
¿Sabéis por qué? Porque a la naturaleza le importa una mier** si creamos plásticos. Si contaminamos, si nos cargamos la mitad de las especies, si arrasamos bosques y hacemos tan denso el aire que se puede cortar con un cuchillo.
Ella lleva eones girando alrededor del sol. Y lo que hagamos los seres humanos le importa bien poco. Tiene todo el tiempo del mundo hasta que el sol fenezca para recuperarse. Creará especies que puedan respirar el aire contaminado, creará microbios que se alimenten de plásticos, creará nuevos animales que reinen en la tierra.
El problema de los plásticos no es de la naturaleza. Es nuestro. Nosotros no tenemos ese tiempo para evolucionar, y prueba de ello son los 157.000 millones de euros que gastamos anualmente en enfermedades derivadas de los disruptores endocrinos, muchos de ellos presentes en los plásticos que ya contaminan toda la cadena alimentaria.
De hecho se calcula que cada español se come a la semana el equivalente a una tarjeta de crédito en plástico. Obesidad, diabetes, infertilidad, afecciones cardíacas, malformaciones infantiles, retraso cognitivo, TDHA, cáncer. Estas son solo algunas de las enfermedades descritas en el amplio catálogo de dolencias que provocan los disruptores endocrinos.
Puede que un cepillo de dientes no sea mucho. Pero por algo se empieza.
Los cepillos de dientes de Ítaca Organics los tienes en versión adulto (por 4,95 euros) e infantil (por 4,80).
Además puedes acompañarlos con sus preciosas cajitas de madera de bambú para transportarlos, perfecto para viaje, para el cole, para llevar en el coche… El precio del estuche de madera es de 8,20 euros en la web de Ítaca Organics.
Ya ves todo lo que se puede hacer cuando se deja de contemplar el mundo desde el sofá. Cuando asumes parte de tu responsabilidad en todo lo que pasa a tu alrededor y decides pasar a la acción.
Y tú, ¿cómo pones tu granito de arena?