Lily Lolo: la marca británica de moda

El maquillaje mineral es uno de los productos que más fuerza ha tomado en los últimos años y la marca Lily Lolo. es una de las mayores referencias cuando hablamos de este tipo de maquillaje que prescinde de muchos ingredientes y se basa en los minerales de calidad para su elaboración. Esta marca británica nació de la mano de Vikki Khan quien eligió como nombre de su marca los motes del nombre de sus dos hermanas (Lisa y Lorena). [relacionado] En pocos años se ha convertido en referente mundial cuando se habla de maquillaje mineral y es una de las nuevas marcas de krous® cosmética + natural, con quienes sabéis que colaboro habitualmente. También os he dicho en muchas ocasiones que no soy amante del maquillaje en polvo suelto. Para eso soy muy torpona y siempre termina todo el baño perdido de polvos, yo estornudando como una loca y con las manos llenas de pigmentos, así que los productos en polvo nunca están entre mis preferidos y, sinceramente, nunca me había interesado por esta marca, pero gracias a krous he podido conocerla de más cerca y probar algunos productos que, de verdad, me han enamorado perdidamente.

Sobre Lily Lolo

Antes de empezar con la review propiamente dicha os he de decir que no es una marca de cosmética ecológica (y aunque lo fuera sólo podría tener certificado los productos compactos y los labiales, ya que los polvos sueltos son 100% minerales y ya sabéis que las certificadoras sólo pueden poner sello a lo que se cría y crece), sino que es una marca de cosmética natural. En sus ingredientes sólo constan ceras, aceites, mantecas, pigmentos y minerales. Casi todo su repertorio es vegano. De hecho colaboran activamente contra el testado y maltrato de los animales, peeeero, algunos de sus productos no son veganos, puesto que contienen lanolina (una grasa que se extrae de la lana de las ovejas) y carmín, ese pigmento del que ya os he hablado algunas veces y del que si no os acordáis os remito a este post sobre colorantes.

Y hechas ya las presentaciones de la firma os cuento lo que he probado.

 

[adicional text=»Algunos de sus productos no son veganos, puesto que contienen lanolina (una grasa que se extrae de la lana de las ovejas) y carmín, ese pigmento del que ya os he hablado algunas veces que se extrae de las cochinillas molidas»]

Los productos Lily Lolo que he probado

Miner Bronzer tono Waikiki: compuesto únicamente por mica, dióxido de titanio y otros pigmentos, este bronceador mineral tiene un tono dorado-rosáceo precioso aporta un toque de shimmer a la cara. Me encantan estos productos para el verano pero reconozco que he usar taaaan poco para no brillar demasiado que me resulta complicado aplicarlo. La primera de las fotos que os pongo bajo es con la brocha saturada (no os creáis que tiene tantísimo efecto glow). Lo he hecho para que veáis lo bonito que es el pigmento en estado puro. La segunda foto es con el producto aplicado correctamente (o al menos como yo lo aplico que es pasando luego una brocha limpia para quitar el exceso de producto). No he tenido la oportunidad de probar una de las bases de la marca que supongo tendrán menos mica por lo que serán más mates, pero creo que sería ideal hacer un bronzer para tímidas, ya que creo que los productos con mucho shimmer van perfectos para las pieles bronceadas y oscuras, pero para las blanquitas como yo me gustaría algo que me pudiera aportar más color sin aportarme tanto brillo, igual debí pedir otro tono más oscuro…

Bronzer con brocha sobresaturada

No obstante, sabéis que me gusta dar mil usos a las cosas que tengo y este producto me ha encantado para el cuerpo. Ahora que empieza el buen tiempo y queremos liberar a nuestro cuerpo de la condena de mantas, mangas largas y botas por la rodilla y nos damos cuenta que nuestra piel está paliducha. Y no es que no me gusten las pieles blancas, al contrario, me parecen bellísimas. Pero como no tengo esa belleza de porcelana de Molly Quinn (la actriz que da vida a la hija de Richard Castle), pues he de cubrir esas venitas y pequeñas imperfecciones (ahora que vivo en el campo en forma de moraduras y arañazos de mi cachorra de 24 kilos) con algún producto cosmético. Y este me parece idóneo porque le aporta a mi piel un toque justo de color (en la cara es escaso pero en el cuerpo que está mucho más blanco es más que suficiente de momento).

Bronzer con cantidad correcta de producto

La controversia del dióxido de titanio

Otra de las cuestiones es el tema del TiO2. Y aquí me pilláis con argumentos más que contradictorios. Seguramente si tecleáis en google “dióxido de titanio toxicidad” os puede dar un telele al leer todo lo malo que es este ingrediente. Pero es que google es el agujero negro del terror. Siempre que te quieras asustar, mira en Google. Y os lo digo por experiencia. Y después de todo lo que he leído intentaré separar el grano de la paja.

El Dióxido de titanio es un ingrediente usado ampliamente en cosmética ecológica y permitido por las certificadoras. Es decir, se puede certificar una crema que lleve factor solar con TiO2, aunque el propio pigmento no pueda ser certificado por no ser un elemento que se pueda criar, por lo que me tranquiliza saber que unas empresas que viven de dar seguridad a los consumidores de productos bio aceptan el uso de este ingrediente (aunque no en su formato de nanopartícula). Aunque en este punto yo me detendría y animaría a las certificadoras a incluir en sus cláusulas que todos los productos certificados que contengan TiO2 y cualquier otro ingrediente mineral esté libre de metales pesados, de antiaglomerantes y de cualquier otro químico tóxico. Es decir, de todo lo que no sea TiO2. Si es cierto que muchas marcas ecológicas, sobre todo las de más prestigio, aseguran que sus pigmentos no llevan este tipo de sustancias que se usan para la extracción de los metales de la tierra, pero el resto no te aseguran si contienen o no esos metales pesados. En el caso de Lily Lolo no he visto por ningún lado que se certifique la ausencia de metales pesados en su composición, pero reconozco que una empresa que se toma la molestia de formular sólo con ingredientes naturales (en las fórmulas compactas y labiales lo veremos) me ofrece mucha más seguridad y garantía que otras a las que mi piel y mi salud se la trae al pairo.

En cuanto a la toxicidad del TiO2. Bueno, como ha sido por aclamación popular (he contabilizado casi un centenar de consultas sobre solares en un mes), estoy redactando una nueva entrega sobre los solares que este año he probado (con maravillosas sorpresas, por cierto), y estoy profundizando mucho más en el tema del TiO2 que trae cola… Pero os adelanto que con este ingrediente tenemos una de cal y otra de arena. De momento os confirmo que según la IARC está catalogado como tóxico por inhalación (calificado como grupo 2B, posible carcinógeno para humanos). Aunque lo detallaré mucho más en el especial de solares, también os diré que lo peor del TiO2 no es inhalarlo, sino todos los productos en los que está en forma de nanopartículas ¡¡en nuestros alimentos!! y de los que no tenemos ni idea y de los que la UE ha determinado que no se nos informe a los consumidores porque podría confundirnos. Os juro que el documento es para llorar…., sobre todo por esa desidia disfrazada de paternalismo. Pero volviendo a lo que nos ocupa, que es el maquillaje, a pesar de todo lo dicho yo uso cosméticos con este ingrediente sin problemas. Si las certificadoras lo pusieran en el bando de sustancias nocivas dejaría de usar productos con esta sustancia, pero su aplicación a flor de piel me parece bastante segura, siempre y cuando no seas tan torpe como yo usando estos productos e inhales medio bote cada vez que lo usas. Pero aún así, animo a las marcas que como Lily Lolo velan por nuestra salud, a que busquen pigmentos sustitutos.

En la otra cara de la moneda tenemos la protección solar que nos otorga este ingrediente. Obviamente, éste no es un producto con SPF. Ya os he comentado que el SPF es una fórmula medible y contrastable y que las marcas para poder poner SPF tienen que pagar a un laboratorio para que certifique la protección. Esto, además de ser un paso más para sacar dinero a las marcas, es una forma de unificar los criterios, ya que una persona que use un SPF50 (casi) siempre va a tener la misma protección use la marca que use. Si no nos podría pasar como con las tallas de la ropa, que cada marca hace lo que le da la gana y una talla 40 no es igual en Zara que en Mango.

 

Y después de este enorme inciso, paso a hablaros del siguiente producto que tengo:

El colorete compacto Burs your bubble. A pesar de que el primer ingrediente es la mica (que ya sabéis es la responsable de aportar shimmer en casi todos los maquillajes, sombras y coloretes), no es nada brillante. Es un color con un equilibrio perfecto. Ni muy rosa, ni muy anaranjado, ni muy teja, ni muy rojo. No tiene una pigmentación demasiado fuerte, cosa que en los coloretes no me importa. Y el resultado me encanta. Además de los pigmentos (entre los que se encuentra el carmín, así que este producto no es vegano), está el aceite de jojoba, de argán, de granada y de manuka, así como cardo mariano, cuyas aplicaciones cosméticas desconocía hasta ahora (es un gran depurativo). Tiene una textura muy suave y fina y es un tono muy ponible para esta primavera. Además por la gran cantidad de aceites y mantecas deja la piel muy bonita, no se cuartea ni reseca la tez.

De izquierda a derecha: colorete Burst your bubble, sombra Vainilla Shimmer, iluminador. Luz exterior directa

El tercer producto que he probado es… uno de los dos errores que he cometido con esta marca… Se trata de la sombra en polvo vanilla shimmer. Y es un precioso tono vainilla-rosado con mucho, mucho shimmer. Y digo que es un error porque de todos los preciosos y maravillosos colores que tiene esta marca, elegí uno de los más desvaídos y paliduchos. Me iba a pedir el verde miliar o un lila precioso, incluso un tono casi rojo, pero quise coger algo más de fondo de armario que usara más… ¡¡craso error, he de ser más atrevida con el maquillaje!! El segundo de los errores fue elegirlo en polvo suelto. Lo mío no son los pigmentos sueltos. No los sé aplicar bien, o cojo mucho producto o no cojo nada, pero tenía ganas de probar un pigmento suelto (he leído tantas maravillas de ellos a otras bloggers, pero definitivamente no es lo mío). En cuanto al color es un tono muy parecido a mi piel y que va muy bien para las que no se maquillen nada de nada y quieran brillar un día especial, o para las que se hagan looks muy trabajados con varias sombras, si no me parece un tono demasiado sutil que más bien lo uso como iluminador que otra cosa. Eso sí, como iluminador es fabuloso y en el hueso de la ceja y en el hueso malar ¡¡queda de miedo!! Como pigmento, y dejando de un lado la falta de acierto en el tono, me parece un producto bastante bueno, con suficiente pigmentación y muy muy fino. Se trabaja fácilmente (incluso a pesar de mi torpeza), así que las que estéis acostumbradas a este tipo de pigmentos os encantará (las que no, también tienen sombras compactas de toda la vida…).

 

Otro de los productos que he podido probar es el iluminador. Mucho más blanco que la sombra pero con igual efecto shimmer este producto es ideal para la v de la boca (hace los labios más carnosos) y para el lagrimal (a las que somos muy ojerosas nos da la vida un toque de luz ahí). Y si te gusta el efecto glow pero sin nada de color, este iluminador es tu aliado. Y al ser en polvo permite su uso en todo el cuerpo (en la v del escote y en los huesos de la clavícula).

 

También he podido probar el primer. Y os he de decir que ha sido amor a primera vista. Antes de mi paso al lado bio de la vida, usaba el lemon aid de Benefit (una de las marcas más bellas y con más tóxicos del mercado). Era una pasta amarilla que se usaba para los párpados y lo complementaba con boi-ing. Pero reconozco que lo he echado de menos desde que sólo uso productos bio (aunque no lo suficiente para volver a usarlo). Así que cuando lo vi por Internet, una esperanza se depositó en mi corazón. Fue lo primero que abrí y no sólo tiene una textura idéntica a la anterior y una pigmentación muy similar (quizá la de Benefit algo más subida de tono), sino que sus ingredientes están a años luz de la marca americana, ya que sólo tiene pigmentos minerales, aceite de jojoba, cera candelilla, aceite de argán y tocoferol. Nada más. Este producto dos en uno es un eye primer que sirve para que las sombras se fijen y duren más (sin siliconas ni nada), pero, además, es un excelente borrador de ojeras y contorno de ojos amoratado u oscuro como es mi caso. Ilumina la mirada dejando el párpado limpio, liso, sin brillo ni con sensación pesada. Es como si, literalmente, borrara las partes oscuras del ojo. Su tono amarillento hace que sea mucho más natural al usarlo en la zona del párpado, mientras que el tono más rosado es el que uso para la zona de la ojera. Si tuviera que ponerle un pero a este producto es la ausencia de manual de instrucciones y que la parte de la ojera cuesta un poco de trabajar. Yo lo uso como usaba el de Benefit, pero si no lo has usado nunca pues te faltan datos (vale, no estamos hablando de la Estación Espacial, pero nunca viene mal que los fabricantes te den consejos de uso y, si me apuras, explicaciones de sus fórmulas –sigo dándole vueltas al cardo-). Pero, resumiendo, este producto ha pasado a ser uno de los top ten de maquillaje de mi vida…

Y ahora vamos con el segundo y más doloroso error, pero esta vez por demasiado arriesgada. Las que me seguís sabéis que ando buscando ‘ese nude’ desde que me pasé al lado bio de la vida. He encontrado algunos muy buenos pero que me borran demasiado los labios y me hacen un efecto morgue que no me gusta nada. Pues bien, Lily Lolo tiene una gama divina de tonos y algunos nude, pero no me quise arriesgar a otro nude abandonado en el estante del baño (no os imagináis lo que me duele tenerlos ahí). Así que opté por el labial desire. Un color rojo afresado precioso y divino…, e idéntico a otro que tengo de bo ho Green Revolution ¡¡qué mala suerte!! Con los pocos labiales bio que tengo y elijo uno que ya tengo (os pongo el swatch, el de arriba el es de bo ho y el de abajo el de Lily lolo ¿qué me decís?)…

Eso sí, creo que es el labial más suave que he probado jamás y uno de los más confortables. Su pigmentación es muy elevada y su intensa suavidad se debe a que es semi transparente, tal y como se aprecia en la foto. Los labiales cuanto más pigmentos llevan más duros son, por eso los bálsamos con color como los de Dizao Orgnics son taaan suaves como estos. Entre sus ingredientes está el aceite de ricino, de jojoba y de girasol, así como la cera candelilla y copernica, además de extracto de romero. No es apta para veganos, ya que además de carmín contiene lanolina. Otra de las cosas que me ha encantado de esta marca es el packaging, no ya por los tonos o la sobriedad del mismo, sino porque el labial tiene un cierre perfecto con un sistema de tetones en el capuchón que hace que no se abra si se cae, pero sí se abre con toda la facilidad del mundo. Es muy parecido al sistema de imanes de algunas marcas de labiales. Además de conferirle peso al labial (adoro los labiales que pesan, llamadme rara), le da una hermeticidad que te permite llevarlo con total tranquilidad en un neceser de viaje o en el bolso sin temor a que se abra y termine esparcido por el mismo. Sin duda otro descubrimiento del que no tardaré en resarcirme de ese pequeño fallo mío (que no de la marca).

Otra de las cosas que he podido probar es la brocha kabuki. Os seré sincera, sé que las herramientas de trabajo son imprescindibles pero la mayoría de mis brochas son de ir por casa. Compré hace mil años una manta de brochas pequeña en Sigma pero las brochas son demasiado grandes y las que más uso son las pequeñas que son de marcas un poco patateras (vale, lo confieso, son de Mercadona). Había leído maravillas de las brochas kabuki, pero todas se quedan cortas. Esta brocha sintética (y os juro que nadie lo diría) ¡¡es una de las más suaves del mundo!! Me gusta mucho porque de una pasada puedo poner el producto necesario en el rostro y aunque no está indicada para ello, con lo que más me gusta usarla es con el colorete o con el bronzer (no lo pongo en toda la cara, sólo en partes estratégicas y de una pasada, cara nueva).

Y para el final he dejado uno de mis must de esta temporada: la BB Cream.

Como sabéis tengo una piel algo delicada y muy especial para los maquillajes, por eso me encanta probar todo lo que cae en mis manos, porque hasta ahora no había encontrado esa BB Cream. Y digo hasta ahora porque con Lily Lolo estoy muy cerca de la perfección (¡lástima que no sea una marca Bio!). Esta BB Cream es (casi) todo lo que busco en una BB. Para mí las BB no tienen que ser un maquillaje, sino más bien una crema con un toque de color. A mí no me gusta maquillarme a diario, es decir, que se note que voy maquillada, me gusta tener una piel con el tono unificado y disimular esos granitos, venitas, ojeras, pero odio notar el maquillaje. Además me gusta un producto que pueda aplicar en un plis plas y salir pitando. Y para esto la BB Cream de Lily Lolo es una maravilla. Mi tono (light) no me aporta nada de color. Es el tono exacto de mi piel, por lo que cuando me la aplico es como si de repente eliminara esas marquitas, venitas y ojeras. Es como usar el Photoshop. Pero lo que mas me gusta es que hidrata muchísimo la piel. Tanto que cuando la aplico sólo necesito usar un serum debajo y a veces ni eso. Es una textura muy emoliente, a veces parece una pomada y he de trabajarla un poco hasta que se absorbe, pero luego no queda ni rastro de ella (no se hace barros, al menos no en mi piel que tiende a ellos). No aporta brillo a la piel que queda jugosa y muy hidratada. Y además huele muy pero que muy bien con un aroma que me recuerda a los cítricos, pero también con un punto dulce de azahar… sin llegar a empalagar…, Vamos que a partir de ahora nunca va a faltar en mi neceser.

Y hasta aquí la review de los productos de Lily Lolo, una marca en la que he encontrado algunos de los mejores productos de mi vida y otros que, sinceramente, no están hechos para mí. Qué le vamos a hacer, no soy una chica suelta, sino una mujer compacta.

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