La Primavera y el Otoño son dos épocas de transición en las que nuestro cuerpo se adapta a los cambios que la siguiente estación nos va a traer. No en vano, tanto la astenia primaveral como la depresión post-vacacional están asociadas a los grandes retos que nuestro organismo tiene que hacer frente cuando se acercan estas estaciones. Hoy en Orgànics Magazine os vamos a hablar de la operación detox de Primavera.
¿Es realmente necesario realizar estas operaciones? Pues os damos una respuesta de esas que nos gustan a nosotras. No y sí.
Teóricamente nuestro organismo viene de serie con un pack de lo más completo para eliminar las toxinas de forma correcta. Durante miles de años ha sido así: hígado, riñones, piel… todo nuestro organismo trabajaba al unísono para deshacerse de aquellas cosas que no necesitaba. Pero ¿que ocurre cuando nuestro cuerpo siquiera es capaz de identificar aquello de lo que se tiene que deshacer? Pues que se almacena y va entorpeciendo las funciones de nuestro sistema. Es como andar por una casa llena de trastos.
Puede parecer muy complicado, pero es sencillo de entender. Solo tenemos que mirar en la naturaleza y la forma en la que se deshace de los materiales. Por ejemplo, los compuestos perfluorados, como el Gore-Tex, son biopersistentes y tardan centenares de años en poder ser degradados. Esto es así porque son compuestos que no existen en la naturaleza y, por lo tanto, no tiene degradación natural posible. La naturaleza no cuenta con bacterias, virus, insectos, plantas o depredadores naturales para ellos, no sabe cómo deshacerse de ellos. Y allí permanecer per in saecula saeculorum.
Pues nuestro cuerpo funciona igual. No puede deshacerse de los plásticos, ni de muchos de los compuestos tóxicos que ingerimos día a día con el agua y los alimentos (porque los perfluorados y todos esos nombres tan largos de tóxicos que os nombramos en los artículos del textil o los microplásticos terminan en el agua que consumimos, en los peces de los que nos alimentamos, en las verduras que comemos).
Esos mismos tóxicos se almacenan en nuestros lípidos. Por eso siempre insistimos en la necesidad de mantener nuestro cuerpo lo más saludable posible y exento de exceso de grasa.
Cuando los tóxicos se acumulan en nuestro organismo, las funciones detox propias del mismo dejan de funcionar como debería ser. Si a eso le añadimos una alimentación rica en grasas y azúcares y muy pobre en fibra, vitaminas y minerales tenemos un cuerpo que funciona a medio gas.
En la cultura occidental no hay ninguna tradición médica que ayude al organismo a recuperar la homeostasis, a ser la mejor versión de sí mismo, más allá de los probióticos que nos dan cuando tomamos antibiótico. Para el resto de casos, los medicamentos son la única respuesta.
Pero antes de llegar a esos medicamentos, hay muchas cosas que nos pueden ayudar a darle ese puntito a nuestro organismo y ayudarle en esta primavera a que haga mejor su función detoxificadora.
En Ayúrveda y Medicina Tradicional China (medicinas denostadas por la ciencia occidental pero que llevan miles de años practicándose en oriente y algo de bueno tendrán, aunque puede ser que más de la mitad del mundo sea subnormal y sólo los Europeos y Norteamericanos -pero no los nativos, claro- estemos en posesión de la verdad absoluta).
Pues, como decíamos, en estas antiguas medicinas se asocia los ingredientes amargos con un buen funcionamiento del hígado: alcachofa, cardo mariano, diente de león… Y muchos de los remedios de los que os vamos a hablar los contienen. Os hablamos de ellos, como siempre, en primera persona porque los hemos probado pero, como siempre, estos productos siempre hay que tomarlos bajo control médico, sobre todo si tenemos alguna afección importante y prohibido para mujeres embarazadas, lactantes y menores ¿vale?
Elixir del Sueco Ecológico de Way Diet
Este es uno de los remedios más antiguos de la medicina europea tradicional, aunque su origen es incierto y podría venir de la antigua Grecia o el Egipto de los Faraones. Se trata de una mezcla de hierbas y plantas que en la Edad Media se mezclaba con otros ingredientes animales y minerales. Su fama creció hasta tal punto que se le daba el nombre de Elixir para una larga Vida, tal y como lo bautizó el médico del siglo XVI Paracelso. Dos siglos más tarde el rector de la Academia de Medicina Sueca Jonathan Samst lo bautiza tal y como nos ha llegado hasta ahora: Elixir del Sueco o Bitter (amargo) Sueco.
Maria Treben recogerá esta fórmula en el siglo XX en su obra Salud de la Botica del Señor, un libro que recoge muchas de las virtuosas plantas que atesoran las montañas europeas y cuya lectura recomendamos encarecidamente como fuente de acervo popular.
Pero ¿son sólo creencias populares?
El hecho de que se vincule el uso de plantas de notable sabor amargo con un intenso efecto sobre el hígado y la función depurativa de este ¿tienen alguna base científica o no son más que conjeturas magufas y pseudo científicas?
Pues parece ser que sí las hay. No sólo hay sólidas bases científicas para el uso de este Elixir del Sueco y otros compuestos eminentemente amargos, sino que numerosos estudios apuntan la necesidad de investigar más la acción del sabor amargo sobre nuestro organismo.
Y es que la digestión no sólo se comienza con el estímulo de las papilas gustativas en la lengua, sino que los receptores del gusto implicados en la traducción gustativa de la señal amarga, tienen su expresión en la mucosa gastrointestinal, lo que apoya el concepto de que en el tracto gastrointestinal hay una función quimiosensorial que se activaría con los diferentes sabores. Es decir, que los estímulos amargos y dulces inician respuestas celulares y moleculares en las células endocrinas del tracto gastrointestinal, sin que el alimento siquiera haya llegado al intestino. Es como una autopista directa entre el estímulo de esos receptores amargos y la reacción en las células endocrinas gastrointestinales.
Si tenemos en cuenta que las células endocrinas del tracto gastrointestinal representan sólo un 1% del epitelio intestinal, pero que como unidad constituyen el órgano endocrino más grande del cuerpo, produciendo y liberando múltiples hormonas, podemos hacernos una idea de su suma importancia.
Pero no sólo eso. La ciencia sólo está empezando a desentrañar el puzzle que es nuestro organismo y se han encontrado que estas células endocrinas juegan un papel crítico en el control de muchas funciones digestivas, además de iniciar trazados hormonales y neuronales necesarias para una digestión correcta, para la regulación de la ingesta calórica favoreciendo la pérdida de peso, la secreción de la insulina por parte del páncreas, el correcto funcionamiento metabólico o que alteran la motilidad gástrica del estómago y el intestino.
Más allá de esto, se ha encontrado que estos receptores del sabor amargo (TAS2R) se hallan también en otras partes de nuestro organismo como las arterias del corazón, los testículos o el cerebro, lo que abre nuevas vías de investigación sobre las propiedades del sabor amargo, sobre todo en un mundo en el que la tolerancia a la amargor desciende día tras día mientras se incrementa nuestro umbral del dulzor.
Si tuviéramos que describir el viaje de la amargura (qué poético queda esto) no sería como las fichas del dominó que caen ordenadas una tras otra. No tomamos algo amargo y pasa por la garganta, va al estómago y a su paso genera acontecimientos. Es más bien como una explosión de fuegos artificiales en el cielo. Nuestra boca toca algo amargo y numerosos receptores repartidos por diversas partes del cuerpo se estimulan.
Por eso nosotras tomamos este Elixir Sueco (que, por cierto no está nada amargo si lo mezclamos con agua y sabe a infusión) en Primavera, ya que ayuda mucho con las alergias, rinitis, eccemas, fiebre del heno… todas ellas enfermedades del sistema inmunológico que nos dicen que algo en nuestro interior no funciona correctamente. Con estos viales de 59 plantas ecológicas certificadas, sin alcohol, hacemos una cura de 20 días con la que nos ponemos a punto.
Perfecto en ayunas, por la mañana, y prolongando un rato más el ayuno para que ejerza su acción (una media hora).
También dicen que es fantástico con las resacas (aunque en este caso no hemos tenido que probar sus beneficios), se toma una ampolla al levantarse y otra a las tres horas.
Hay un estudio clínico que no sólo demuestra que las dispepsias (trastornos digestivos) mejoran considerablemente gracias a la acción de las plantas de este elixir (en el caso del estudio se usó uno mucho menos concentrado de cinco plantas y de un conocido laboratorio farmacéutico), sino también que colabora en las digestiones difíciles ya que aumenta la producción de jugos gástricos y activa la motilidad estomacal siendo de gran ayuda cuando existe exceso de gases colaborando en su expulsión.
Os dejamos la lista de los ingredientes para que la podáis admirar 😉
Ingredientes por 1 ampolla: EXTRACTO ACUOSO AL 20% Angélica (Angelica archangelica L.) raíz* 0,44ml, Tilo (Tilia cordata Mill.) hojas* 0,35ml, Ulmaria (Filipendula ulmaria (L.) Maxim.) hojas* 0,32ml, Té verde (Camellia sinensis (L.) Kuntze) hojas* 0,29ml, Fresno (Fraxinusexcelsior L.) hojas* 0,29ml, Avena (Avena sativa L.) grano* 0,29ml, Salvia (Salvia officinalis L.) hojas* 0,28ml, Regaliz (Glycyrrhiza glabra L.) raíz* 0,28ml, Grosellero negro (Ribesnigrum L.) frutos* 0,28ml, Romero (Rosmarinusofficinalis L.) hojas* 0,26ml, Tomillo (Thymusvulgaris L.) hojas* 0,25ml, Ajedrea (Satureja montana L.) hojas* 0,25ml, Ortiga (Urtica dioica L.) hojas* 0,25ml, Nogal (Juglans regia L.) hojas* 0,25 ml, Melisa (Melissa officinalis L.) hojas* 0,25 ml, Jengibre (Zingiber officinale Roscoe) rizoma* 0,25ml, Hinojo (Foeniculum vulgare Mill.) tallo* 0,25ml, Eucalipto (Eucalyptus radiata Sieber ex DC.) hoja* 0,25ml, Alcaravea (Carum carvi L.) semillas* 0,25ml, Canela (Cinnamomum aromaticum Nees) corteza* 0,25ml, Alcachofa (Cynara scolymus L.) hojas* 0,25ml, Milenrama (Achillea millefolium L.) sumidades floridas* 0,25ml, Ruibarbo (Rheum palmatum L.) raíz* 0,13ml, Mejorana (Origanum majorana L.) hojas* 0,13ml, Laurel (Laurus nobilis) hojas* 0,13ml, Lúpulo (Humulus lupulus L.) conos* 0,13 ml, Genciana amarilla (Gentiana lutea L.) raíz * 0,13 ml, Enebro (Juniperus communis L.) bayas* 0,13ml, Cúrcuma (Curcuma longa L.) raíz* 0,13ml, Achicoria (Chicorium intybus L.) raíz* 0,13ml, Matricaria (Matricaria recutita L.) flor* 0,13ml, Mirto (Myrtus communis L.) hojas*0,13 ml, Albahaca (Ocimum basilicum L.) hojas* 0,13 ml, Helenio (Inula helenium L.) raíz* 0,13ml, Espino blanco (Crataegus monogyna Jacq) sumidades floridas*0,13ml, Rábano negro (Raphanus sativus L.) raíz* 0,13ml,Verbena (Verbena officinalis L.) hojas* 0,10ml, Saúco (Sambucus nigra L.) flor* 0,10ml, Diente de león (Taraxacum officinale F.H. Wigg.) raíz* 0,10ml, Pino (Pinus pinaster Ait.) yemas* 0,10ml, Perejil (Petroselinum crispum (Mill.) Nyman ex A.W. Hill) parte aérea* 0,10 ml, Pensamiento salvaje (Viola tricolor L.) parte aérea* 0,10ml, Orégano (Origanum vulgare L.) hojas* 0,10ml, Naranja (Citrus sinensis (L.) Osbeck) corteza* 0,10ml, Nuez moscada (Myristica fragrans Houtt.) fruto* 0,10ml, Menta piperita (Mentha x piperita L.) hojas* 0,10ml, Mate verde (Ilex paraguariensis A. St.-Hil.) hojas* 0,10ml, Levístico (Levisticum officinale Koch) raíz* 0,10ml, Ginseng (Panax ginseng C.A. Meyer) raíz* 0,10ml, Escaramujo (Rosa canina L.) fruto* 0,10ml, Coriandro (Coriandrum sativum L.) fruto* 0,10ml, Borraja(Borago officinalis L.) semillas* 0,10ml, Gordolobo (Verbascum thapsus L.) parte aérea* 0,10ml, Anís estrellado (Illicium verum Hook. F.) semillas* 0,10ml, Camomila romana (Anthemis nobilis L.) flor* 0,10ml, Malva (Malva sylvestris L.) flor* 0,05ml, Marrubio (Marrubium vulgare L.) parte aérea* 0,05ml, Amapola (Papaver rhoeas L.) pétalos*0,05ml, Cardo mariano (Silybum marianum (L.) Gaertn.) semillas* 0,05ml.
*Ingredientes procedentes de la agricultura biológica
Alérgenos: Contiene gluten. 100% sin alcohol, BIO
Esta caja de Waydiet con 20 ampollas unidosis de 10 ml cada ampolla cuesta por 20,57 euros.