Hace unos meses hicimos un post en redes muy comentado sobre las pastas de dientes con tóxicos. Curiosamente de todo lo que dijimos sobre los tóxicos en ellas solo saltaron las alarmas con uno de los ingredientes: el flúor.
Algunas personas señalaron la gravedad de nuestro post (no como algo positivo, obviamente) y se mostraron altamente indignadas (por decirlo de forma suave). Por desgracia, no las he visto llevarse las manos a la cabeza e ir de marca en marca de bollería industrial, helados, chuches o chocolates acusándolas de causar caries en los dientes de los niños, solicitando que no se vendan ni se anuncien al gobierno de turno.
No los veo acusando a estas marcas de incidir no solo en la dentadura de los niños, sino en su salud en general.
17 gramos de azúcar es la dosis óptima para un niño al día. La OMS indica que el tope máximo para un niño, es decir, para que su organismo no se resienta y pueda generar daños metabólicos y resistencia a la insulina, es de 25 gramos al día. Y precisamente la OMS no es conservadora en estos términos…
110 gramos es la media de consumo de azúcar en España.
Cada día.
Eso quiere decir que cada día sometemos al organismo de nuestros pequeños a un trabajo, como mínimo, 3 veces superior a lo que puede dar de sí. Mira su cuerpecito. Pues le pedimos que haga cosas para las que no está diseñado cada día. Y no pasa nada. Y nadie hace nada.
Eso sí me parece muy grave.
Pero rasgarse las vestiduras por no usar flúor. Pues mira, no. Mi hijo no tiene ni una caries (y no usa pastas de dientes con flúor) porque no consume azúcar (o consumía, este año nos hemos desmadrado un poco con esta droga dura, la verdad).
Y tampoco veo a los dentistas hacer campañas en contra de los anuncios de pastas de dientes con flúor donde se presenta un cepillo de dientes lleno de pasta, cuando se sabe lo tremendamente tóxica que es la fluorosis para los dientes y el organismo y que esa dosis sobrepasa con creces todas las indicaciones médicas.
Pero, claro, solo es publicidad y todo el mundo sabe cómo se usa una pasta de dientes con flúor y las consecuencias de su uso excesivo ¿no?
¿A ti te han contado por qué solo debes poner una dosis equivalente al tamaño de un grano de arroz de pasta de dientes en el cepillo y las implicaciones que para tus pequeños puede tener sobrepasar esa cantidad?
A mí nunca me lo han explicado los pediatras. Ni los dentistas.
Pastas de dientes con tóxicos, así de claro
Hoy hablamos con Nuria la farmacéutica creadora de la marca de cosmética ecológica certificada Münnah sobre las pastas de dientes con tóxicos. Porque no solo contienen tóxicos para ti, sino también para el medio ambiente.
¿Alguna vez has comprado una pasta de dientes ecológica y has pensado que no limpiaba porque no hacía espuma?
Eso es porque tenemos asociada la limpieza al poder espumante pero, en realidad, no tienen nada que ver.
Esto es porque «cuando se plantearon formular un limpiador bucal, usaron detergentes al igual que se usan para limpiar cualquier otra parte del cuerpo, ropa, objetos, suelos, etc….», nos comenta Nuria. Nos referimos a los famosos sulfatos: detergentes sintéticos que hacen mucha espuma, son baratos (porque son derivados del petróleo) y nos evocan limpieza.
Entonces ¿no son necesarios para limpiar nuestros dientes? Nuria Téllez, farmacéutica y cosmetóloga, lo tiene muy claro : «No sólo no son necesarios, si no que son nocivos. Su poder detergente es demasiado fuerte y nos va dañando la mucosa bucal y encías. Además de que no respeta la microbiota bucal, que es imprescindible para un correcto equilibrio microbiologico, que al final nos previene de caries y por supuesto, de otro tipo de infecciones. También puede producir aftas y heridas en la mucosa de la boca que pueden llegar a ser muy dolorosas a la vez que incomodas».
De hecho alguno de los surfactantes usados en cosmética (como el Sodium Lauryl Sulfate) son tenidos como base para probar el grado de irritabilidad de una sustancia.
Algunas de las marcas de pasta de dientes más conocidas (tanto las de supermercado como las de farmacia) usan este surfactante. La pena es que muchas veces tengas que investigar para saber los componentes de una pasta de dientes antes de comprarla, ya que las marcas no suelen poner el INCI en sus webs. O no les interesa que lo sepas, o realmente no consideran importante que conozcas lo que te metes en la boca.
Otro de los ingredientes más usados en las pastas de dientes con tóxicos son los microplásticos.
Se calcula que cada semana nos comemos unos 5 gramos de plástico. Es decir, el equivalente a una tarjeta de crédito.
Pero Nina, ¿Cómo es posible eso?
Gracias a los microplásticos.
Estos microplásticos no pueden ser filtrados por las potabilizadoras de agua y son vertidos a los acuíferos. Allí fauna y flora se impregnan de ellos. Y luego te los comes.
Se han encontrado fibras de plástico (de tamaño milimétrico) en una gran variedad de alimentos, desde el arroz y el pescado a la sal, pasando por muchos otros productos naturales.
Pero, en este caso, los microplásticos están directamente contenidos en la pasta de dientes.
¿Has visto esas pastas de dientes con puntitos de colores, que se anuncian como con efecto exfoliante o partículas blanqueadoras?
Eso es plástico. Y algunos países han empezado a prohibirlas por sus implicaciones medioambientales. Y lo que no va al mar, ya sabemos dónde se queda… ¡en tu cuerpo!
Desde Münnah nos explican cómo podemos identificarlos. «Mucha gente no sabe que sus pastas de dientes los contienen, ¿cómo los podemos localizar?
En realidad es fácil, mirando la lista de ingredientes, son derivados del petróleo cuyo nombre suele aparecer como:
- El polietileno, aparece como Polyethylene (PE).
- El polietileno glycol, suelen aparecer como PEG- seguida de un número, por ejemplo PEG-32.
- El Tereftalato de polietileno (PET).
- El Polimetacrilato de metilo (PMMA).
- El polipropileno, suele aparece como Polypropylene (PP).
Pero hablemos un poco más detalladamente de los blanqueantes ópticos. Una dentadura cuidada siempre ha sido sinónimo de salud y, claro está, belleza. Dientes alineados, blancos como perlas.
Como perlas. Porque las perlas no son blancas.
Pero de un tiempo a esta parte se ha puesto de moda las dentaduras de un blanco superlativo e innatural ¡ni los dientes de leche de los críos son tan blancos! Si te fijas en las actrices y actores de Hollywood verás que sus dentaduras tienen un color anormalmente blanco.
Y esa moda ha venido para quedarse.
Pero no hay forma de blanquear la dentadura sin someterla a procesos abrasivos que la sensibilizan y que no son nada recomendables. Y ahí entran en juego las pastas de dientes con blanqueadores ópticos que no son más que «componentes químicos sintéticos que blanquean los dientes, como la covarina azul, que se adhiere a la superficie de los dientes y crea una ilusión óptica que puede hacer que los dientes parezcan menos amarillos».
Vamos, que tu dentífrico convencional te está maquillando los dientes, así de claro.
Además de todos estos ingredientes tóxicos, podemos encontrar phenoxyethanol en las pastas de dientes. Claro, ante la mala prensa de los
parabenos, la industria no quiere renunciar a conservantes altamente efectivos y tremendamente baratos y usa este
disruptor endocrino en sustitución de los parabenos. Eso es como salir de la sartén para ir a parar al cazo.
Otro de los ingredientes que podemos encontrar en las pastas de dientes con tóxicos son el triclosán, un potente bactericida y otros sulfatos innecesarios, así como antibióticos, incluido el flúor, PEG’s, microplasticos, peróxido de oxígeno (agua oxigenada) y otros blanqueares que deterioran la dentina y producen sensibilidad. Por supuesto, tampoco deberían llevar alcoholes.
Y ahora que nombramos el Flúor, volvamos a él.
«El fluor es controvertido, porque a la mayoría de nosotros no lo han dado de pequeños para evitar las caries y tenemos grabada esa idea. Sin embargo, aunque a cierta pequeña dosis sea útil, es necesario usar alternativas, que las hay y muchas, para evitar caries. Existen muchísimos antisépticos naturales.
«Está demostrada la toxicidad neurológica del fluor, motivo por el cual lo tenemos regulado, no podemos usarlo en más de determinada cantidad en dentífricos por ejemplo, debido a sus efectos nocivos. El problema es que lo vamos acumulando y aunque usemos un dentífrico con flúor con la cantidad legal autorizada, cualquier otro flúor que ingiramos se va acumulando en nuestro organismo y a largo plazo podríamos manifestar síntomas o enfermedades».
Y eso suponiendo que solo usemos la cantidad de dentífrico adecuada y no llenemos el cepillo de dientes de pasta, como solemos hacer 😉
Dicho esto, es más seguro utilizar plantas antisépticas para evitar que la bacterias digieran restos de alimentos y produzcan caries. Además en el mediterráneo tenemos una gran riqueza de este tipo de plantas, como el romero o el tomillo, pero también el árbol de té, el aceite de coco, e, incluso, las arcillas mismas son antisépticas.
Ahora ya sabemos los ingredientes que podemos encontrar en las pastas de dientes con tóxicos Qué buscamos en una pasta de dientes saludable?
«Lo más importante, comentan dede Münnah, es el poder antiséptico del dentífrico pero respetando la microbiota natural bucal. El propio cepillado nos ayuda a eliminar los restos de alimentos para evitar que los microorganismos tengan sustrato para proliferar, aun así una arcilla mineral siempre acompaña muy bien para adherir los restos de alimentos, azúcares, etc. Por último, aunque no es imprescindible para todos los casos, extractos y aceites esenciales de plantas que eliminen mal aliento, como la salvia, el romero, el eucalipto o la menta, entre otros muchos».
«En realidad se necesitan muy pocas cosas para que sea eficaz, casi es más importante no agredir ni la dentina con ingredientes abrasivos, como proteger encías y mucosa. Para personas que ya tengan dañada la destina dental y tengan sensibilidad, o encías sensibles, siempre viene bien usar agentes regenerares y protectores, tipo aceites vegetales y extractos de plantas que protejan y/o desinflamen según las necesidades particulares».
En estos casos podemos contar con el poder de la manzanilla, la caléndula, o la malva para estos efectos.
Así, la nueva pasta de dientes de Münnah contiene algunos de estos ricos ingredientes para favorecer el cuidado integral de los dientes, evitar la placa y la proliferación bacteriana que provoca las caries.
Entre sus ingredientes destacados tenemos el kaolín, una suave arcilla que limpia los dientes sin agredirlos, dado que es más blanda que la dentina y no abrasiva. El carbonato de calcio cumple la misma misión. De hecho, lavarte los dientes con la
pasta de dientes ecológica de
Münnah se convierte en una de las experiencias de mayor limpieza que hemos tenido jamás. Los dientes quedan suaves y muy limpios.
El aceite de coco es un blanqueante natural que adoramos, además de ser un potente bactericida. la glicerina es humectante y los aceites y aguas de plantas como la salvia, el romero, el eucalipto, la hierbabuena o la regaliz, no solo le dan un sabor maravilloso a esta pasta de dientes (con un ligero retrogusto), sino que cuidan nuestra sonrisa para que cada día luzca más bella.
Junto con la pasta de dientes,
Münnah apuesta por los
cepillos de dientes con mango de madera. Porque si cada tres meses usamos uno, a lo largo de nuestra vida es mucho plástico el que le podemos ahorrar al medio ambiente.