Has leído todo lo que puedes y más sobre solares bio. Has escogido el que más se ajusta a tus necesidades y las de tu familia. Estás casi emocionada al poder probarlo por primera vez. Te vas a la playa, lo aplicas y a las dos horas ¡oh, no! tu piel está roja como un tomate. ¿Por qué me quemo con mi solar bio? Te preguntas mientras maldices el tubo que tienes entre las manos.
Hoy te contamos por qué te quemas con tu solar bio, y por qué Orgànics Magazine prohibiría el acceso a playas y piscinas entre las 12 y las 17, sobre todo si el acceso va a compañado de mesa, nevera y menores. Terrible combinación.
«No se puede tomar el sol entre las 12 y las 17 horas porque eso tiene un precio en salud enorme en cáncer de piel, en cáncer de mucosas y en melanoma». Así de claro lo decimos. ¡¡Pues menuda forma de empezar un artículo de solares!! Ya sabéis que en Orgànics Magazine somos claras como el agua. Y si bien hoy os traemos nuestra segunda parte del especial de Solares Bio 2017, queríamos empezar con esta seria advertencia, ya que el cáncer de piel crece un 7% anual en España. Pero no es algo que nos hayamos sacado de la manga en Orgànics Magazine porque un día nos hayamos levantado con el pie izquierdo. Es algo que recoge el doctor Nicolás Olea, del que os hemos hablado en muchas ocasiones en este espacio, y que es uno de los científicos españoles más importantes en materia de oncología. Ya os pusimos esta brevísima pero intensísima intervención en una mesa redonda, pero os la volvemos a poner. Son cuatro esclarecedores minutos.
Una de las cosas más interesantes que dice el doctor Nicolás Olea en este fragmento (además de lo del efecto antiandrogénico de los solares con filtro químico, pero si has llegado hasta aquí ya sabrás que los filtros químicos de los solares son importantes disruptores endocrinos y puedes reconocerlos en un solar por las palabras derivadas de canfeno, cinamato y benzofenona, si no pincha el enlace de al lado), es que los solares nos permiten tomar más el sol sin que nuestra piel muestre el signo de alerta más importante, que es el enrojecimiento. Así, con los filtros químicos nuestra piel absorbe los rayos del sol y se produce la reacción que activa ese filtro (por eso tenemos que ponerlos media hora antes, para que se pueda producir esa reacción en nuestro cuerpo).
Con los filtros físicos nuestra piel no absorbe la totalidad de los rayos del sol, sino que las partículas de dióxido de titanio y óxido de zinc reflejan los rayos, por lo que constituye no sólo una opción sin disruptores endocrinos, sino una mayor protección solar, al actuar como un espejo reflejando los rayos UVA y UVA. Pero eso no indica que podamos usarlos indiscriminadamente, ya que un SPF50 bloquea el 98 por ciento de la radiación solar, pero puede que la forma de aplicarlo que tenemos haga que esa protección baje al 93% de los rayos. Si te parece mucho te diremos que no, ya que ese tanto por ciento pertenece a un SPF de los más bajos que tenemos, el SPF15 que, para nosotras, es como no decir nada (lo sentimos por las marcas, de verdad…), pero en España un SPF15 no nos vale…, pero todo eso os lo explicamos enseguida.
Lamentamos mucho decir que en los primeros artículos que hicimos sobre solares os contamos una mentira como una casa. Os dijimos que el SPF son las veces más que podemos estar al sol con ese solar puesto sin quemarnos. Por ejemplo, si me quemo a los diez minutos de estar en la playa he de multiplicar esa cifra por la de mi solar. Si mi solar es de SPF50 podré estar 500 minutos al sol sin quemarme.
Mentira.
Y de las gordas.
Eso es si aplicáramos el producto tal y como se indica en los envases y tal y como se hace para determinar el SPF de un producto. Como podéis ver cuando hablamos del solar Alga Maris, con la cantidad de solar con el que tendríamos que cubrir un centímetro cuadrado de piel cubrimos casi todo el brazo de forma habitual. Y eso sin extenderlo demasiado ¿quién saldría así a la calle? Lo extenderíamos hasta el infinito y más allá haciendo que la densidad de partículas de TiO2 y ZnO fuera muy inferior a la que determinó ese SPF50, quedándonos, como mucho, en un SPF15.
Y eso es porque las pruebas para determinar el SPF de un solar son un fraude. No es que sean una estafa per se, sino que se hacen en unas condiciones totalmente inverosímiles.
Así que de momento ya tenemos un SPF que de 50 se nos ha quedado en 15-17 (por poner algo, pero incluso puede ser menos), sólo por ponernos la crema de forma incorrecta o, mejor dicho, por ponernos la crema de forma cabal pero desoyendo las recomendaciones de los fabricantes que sólo pueden atenerse a lo que los laboratorios independientes de certificación indican y que es totalmente absurdo.
Además de todo esto, cada vez tenemos en el mercado fórmulas que se extienden más, por lo que nos facilitan la tarea de extender y extender esas partículas hasta que no queda rastro de ellas en nuestra piel. Y eso disminuye aún más el SPF.
Luego tenemos los elementos. El bikini que nos roza, la toalla, el mar… Las pruebas de SPF no se hacen en la playa con el aire levantando arena y azotando nuestra piel, no tienen en cuenta esos tórridos días en los que sudas a mares incluso bajo la sombrilla y te pasas la mano por la frente y el cuello, llevándote en cada gesto un poco de tu protección solar. No se hacen teniendo en cuenta las vueltas en la toalla de rizo tiesa por el salitre y el sol. Siquiera se hacen en una terraza soleada. ¡¡Se hacen en un laboratorio con rayos UVA con inmóviles maniquíes humanos en los que pasan inadvertidos esos usos reales de nuestros solares!!
Vamos un sinsentido total…
Otra de las cuestiones que os trae de cabeza este año es la problemática con el aceite de palma. Muchas personas habéis desterrado de vuestra despensa este ingrediente. Pero tenéis que saber que el aceite de palma de la bollería industrial, de las sopas de sobre, de los helados y chocolates, de los snaks y de todo lo que venden en vuestro súper mercado no bio no tiene nada que ver con el aceite de palma ecológico.
El primero es un aceite refinado y ultra procesado al que le han extraído todas las ricas características del aceite de palma. El aceite de palma es bueno para la piel y contiene grandes cantidades de ácido palmítico, uno de los componentes más abundantes de nuestro aceite más querido para la piel: el de jojoba. Así que este aceite bio (extraído de primera presión en frío) aceptado por las certificadoras, es el que tenéis en los productos bio, tanto como tal como derivados. A nivel de salud no tiene ningún problema este aceite de calidad. Sería como comparar un aceite de oliva virgen extra con un aceite de orujo de oliva.
El problema del aceite de palma en este caso es medioambiental. En Orgànics Magazine siempre recomendamos a todas las marcas que busquen sustitutos de este aceite, ya que si bien es cierto que para la industria alimentaria es complicado encontrar un sustituto tan barato y que tantos resultados de al paladar, para la cosmética no es nada complicado, ya que hay miles de ricos aceites que pueden suplir al aceite de palma. Porque urge encontrar un sustituto a este aceite para reducir su consumo mundial de forma drástica. Pero si lo que os preocupa es si es saludable, por ahí podéis estar totalmente tranquilos, pero sólo con los solares bio ¡eh! El resto no sabemos que tipo de aceite de palma y sus derivados usan…
Y aclarado esto y esperemos que el resto de dudas, os comentamos los productos que hemos probado este año como solares corporales de adultos. Peeeero, eso será el lunes, ya que nos ha salido un artículo muy largo con muchos productos, mucho que contar ¡y no queremos que os canséis!