Si te vienes arriba este verano, vas a necesitar esto

Llega el verano y nos deshinibimos. Soltamos las ataduras que nos mantienen constreñidos frente a un jefe, unos clientes, unos parientes… Dejamos las ropa formal, nos lanzamos en manos de Morfeo de forma recurrente, nos saltamos todas las dietas y nos venimos arriba haciendo cosas que, normalmente, no hacemos.

¿Playa, paella, pádel y tardeo? ¡Hecho!

¿Caminatas mortales bajo un sol de justicia y baño en la poza esa de Instagram? ¡Hecho!

¿Partido adultos contra adolescentes? ¡A que no hay huevos!

Y así nos va.

¿En qué momento te diste cuenta de que no eras eterno? ¿A los 30? ¿A los 40?

Llega ese momento en la vida en la que tienes resaca por la mañana y no has tomado una gota de alcohol el día de antes. Te crujen las rodillas al agacharte y no has hecho nada especial para ello. La vida te pesa, pero no te sobran kilos. O te sobran y antes los perdías en un suspiro y ahora te cuesta un mundo. Es realmente frustrante.

Desesperante.

Agobiante.

Y miras fotos de hace unos pocos años, un suspiro casi, y no te reconoces. Eras una diosa del Olimpo, un Dios del Valhalla.

Ahora en el espejo ves a tus progenitores.

Llámale edad.

Una bendición si se mira la alternativa. Una guerra si no aceptas lo que ves en el espejo.

Porque ante esto solo podemos hacer dos cosas: luchar contra nuestro cuerpo y seguir metiéndole caña o abrazar que ya no es el que era (y gracias) y darle amor del bueno.

Hoy te cuento cómo puedes sacar el mayor partido de tu cuerpo gracias a estos suplementos naturales y empezaré por dos productos que a mí me salvan el día que respondo ¿que no hay ovarios?… Porque el cuerpo ya no es el que era, pero el alma sigue intacta…

La salvación del duro verano

El primero de todos los productos que te quiero hablar son las CAPS Push. Como su nombre indica son unas cápsulas que te dan un push a la hora de entrenar.

Es punto que te falta siempre para esa última repetición, para esa última tanda.

Pero no solo vale para quienes entrenan duro. También para quienes entrenamos más flojo. Para quienes el día a día nos supone un reto difícil de llevar a cabo, para quienes las vacaciones son un elemento de estrés porque queremos llegar a todo, queremos exprimir el tiempo y, en no pocas ocasiones, le exigimos cosas a nuestro cuerpo que no es que sean del otro mundo, sino que nuestro nivel de exigencia los once meses restantes, está muy por debajo.

Pero llegan las vacaciones y creemos que seguimos en el Olimpo.

Las Push te ayudan a recuperar, casi rozar, el cielo de los Dioses. Te dan un empujón, una energía extra para esos momentos, esos días, esas horas en las que todos los gatos son pardos y necesitas retirarte, pero no no quieres. Tu cuerpo te invita a descansar y tu corazón te pide más. Más verde, más mar, más pelota, más juegos, más camino, más baile, más risas, más presencia.

Llevas todo el año frente al ordenador y ahora en un mes te sacias de carreteras, helados, maletas, ampollas y bikinis.

Y está bien. Molaría poderlo hacer cuando quisieras, no cuando otros lo decidieran. Pero está bien.

Yo me tomo tres push cuando quiero llegar a más. Cuando me pilla el día loco en el que digo a todo que sí. Cuando tiro la casa por la ventana y mi jornada no laboral se prolonga 16 horas. Cuando no permito que mis condiciones autoinmunes se impongan a mis deseos. Cuando quiero que mi cuerpo resista un poco más, un paso más, un baile más.

No es para hacer una maratón. Es para volver a rozar el cielo. Para recordar de dónde vengo.

Si quieres algo más, aquí tienes las CAPS Push.

El segundo de los productos que me embelesa para este verano es el Sport Go.

Se trata de un gel tipo bálsamo de tigre pero en ecológico certificado, sin mierdas, ni parafinas.

Ideal para cuando esos retos nos pasan factura: alivia piernas cansadas, pequeños enganchones y torceduras, músculos agotados… Y se absorbe enseguida, por lo que te lo pones y te puedes vestir en cero coma.

Hay gente que prefiere texturas untuosas para ser trabajadas.

Sport Go no es así. Es ligero, liviano, casi como un sérum. Te lo pones, frotas un poco, se absorbe y empieza a trabajar.

Y ya.

Alivia tensiones musculares incluso en momentos de tensión anímica. Esos momentos en los que nos tensamos y tensamos todos los músculos sin saberlo, y luego estamos agotados. En esos casos también nos ayuda con el tema muscular, con la tensión anímica nos ayudan la Moodoo, pero eso da para otro artículo…

Siguiendo con el Sport Go, me encanta su aroma, y la botella, al ser pequeña, puedes llevarla contigo de excursión. Es ideal como ‘cura sana’ a partir de los 10 años (con cuidado porque lleva capsicina y si luego se tocan los ojos puede escocer), para adultos, tras entrenar, después de las caminatas y los muchos ‘a que no hay…’ del verano.

En casa es un básico y casi nos bebemos las botellas. Pero es que alivia un montón.

Incluso el prurito de las picaduras de insectos. Y si lo pones en la nevera y lo aplicas fresquito, pues ya es una maravilla.

Si quieres aliviar tensiones y tener una ayuda para esas ocasiones, Sport Go es tu producto. 100% natural. 100% fresco.

Si más que muscular, tu problema es de circulación y tienes piernas cansadas, el Light Legs es una maravilla.

Reconozco que de todos los productos de Rignana es el último al que le he prestado atención. Hay tantos que no le veía su lugar en mi rutina, porque no es un cosmético, pero tampoco es un suplemento. Es un murciélago. En tierra de nadie.

Pues no.

Es un murciélago en tierra de todos. Por vía externa refresca la piel, relaja las piernas, hidrata y nos ayuda a aguantar el verano. Ideal para después de una caminata, para quienes trabajan de pie, para quienes tienen varices o mala circulación, ya que sus ingredientes ayudan a activar la microciculación.

Gracias a su contenido en magnesio, que se absorbe por la piel de forma increíble, nos ayuda a evitar rampas y otros malestares asociados al déficit de este vital mineral.

Light Legs es mucho más que un spray para aliviar las piernas pesadas, es una bendición para la circulación y tan increíble que puede ser usado durante el embarazo y la lactancia.

A veces no te pesa la vida, a veces lo que te faltan son productos que te aligeren para poder con todo.

Light Legs para un verano de lujo, aquí.

Y por último te hablo de otro producto que a mí me encanta de Ringana, que es el CHI. Es como tomarte un café pero sin subidón, sin picos, sin palpitaciones, sin insomnio.

Después de comer no puedo tomar café porque suelo tener insomnio recurrente y el café me deja hasta altas horas de la noche despierta. Así que normalmente lo tomo descafeinado. Pero hay veces, sobre todo si como hidratos de forma excepcional, que me entra un sopor enorme. Y casi siempre coincide el tomar hidratos con comidas fuera de casa o en comidas familiares, por lo que una siesta no es viable.

Y me apago.

Y me entra mala leche.

Porque quiero estar en la conversación, pero mi mente solo piensa en una cama.

Es exasperante.

Y si estamos fuera de casa, aún es peor.

Por eso siempre llevo encima un CHI. Porque me permite tener ese puntito que necesito para no venirme abajo en la sobremesa, pero no me da palpitaciones ni me quita el sueño.

Y está deliciosamente bueno.

Tanto que creo que soy adicta.

Su sabor está muy concentrado, dulce y picante al mismo tiempo gracias al jengibre. Lo tomo a sorbitos durante un buen rato, aunque lo puedes tomar en infusión en invierno y con agua con gas en verano o, incluso, hacerte un sorbete con él.

Es una golosina muy funcional, la verdad.

Si te pasa como a mí que no toleras bien el café pero después de comer o a lo largo del día necesitas un puntito, CHI es lo que te pide el cuerpo.

Y con estos tres productos el verano se estira como un chicle. Porque puedo disfrutar más sin pensar tanto en mi condición física, en mis 48, en mi fibromialgia, en mi hipotiroidismo, en todo aquello que me aleja, a pasos agigantados, de quien quiero ser.

Y verme con energía, con fuerza, es algo que hacía mucho no sentía. Y claro, no viene dado por los suplementos únicamente, sino por una nueva forma de mirarme, de verme, de anteponerme, de retarme, de entrenar, de dejar de quejarme, de mirarme al espejo y abrazarme, de querer dar lo mejor de mí, de volver a sentirme como cuando era una eterna Diosa del Olimpo griego.

Recuerda que si no eres clienta de Rignana aún, puedes llevarte estos productos con 20 euros de descuento a partir de 70 euros de compra con el código NINABENITO.

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