Siliconas III: ¿la perfección en la tez?

Si un pelo lavado con champú con siliconas queda de lujo, una piel a la que se le ha aplicado siliconas luce como nunca: se rellenan las arrugas, se difuminan los poros, se disimulan imperfecciones, tenemos una piel suave como la seda, el maquillaje se extiende mucho mejor…. Por eso las siliconas se utilizan en casi todos los productos de maquillaje: prebases, bases, maquillajes, polvos, cremas hidratantes (sobre todo las que tienen características rellenadoras de arrugas), minimizantes de poros, máscaras de pestañas, labiales, coloretes, iluminadores… Son incoloras, inodoras, inertes, no pegajosas… [entradarelacionada id=»1692″]

Virtudes de las siliconas

-En los serums y cremas hidratantes forman una película protectora no grasienta (al contrario que las vaselinas y otros derivados del petróleo), que confiere un tacto sedoso y agradable, sin sensación de ahogo a la piel ni de calor (prueba a ponerte un poco de vaselina labial en la cara y sabrás de lo que hablo).

Retiene la humedad y repele el agua, además de tener un efecto emoliente, por lo que sentimos la piel hidratada y perfecta durante horas, minimizando la sensación de tirantez.

-En las prebases actúa rellenando las arrugas y los poros abiertos, dejando una tez de porcelana, lisa, sin imperfecciones.

-En bases, además, ayudan a la distribución de los pigmentos de forma correcta y uniforme, por lo que los maquillajes se distribuyen más fácilmente.

– Se usan en casi todas las máscaras de pestañas porque permiten que la cantidad de pigmento que ponemos en cada pestaña no la resquebraje ni la cuartee. Permite alargar hasta el infinito las mismas (por supuesto no tanto como en los anuncios) dejándolas flexibles.

-En los desodorantes y antitranspirantes disminuye el efecto blanco de las sales antiperspirantes, además de actuar como emoliente y lubricante por lo que las axilas quedan suaves.

– Son las que han permitido que muchos productos pongan el famoso oil-free en su etiqueta, ya que las cremas se basaban en dos tipos de emulsiones: agua en aceite y aceite en agua. Ambas comedogénicas y poco indicadas para pieles jóvenes o con tendencia acnéica. La aparición de las siliconas ha permitido una nueva generación de cremas y maquillajes basados en emulsiones de agua en silicona. Para leer más sobre este concepto os recomiendo encarecidamente este estudio en castellano.

Si tienen tantas virtudes ¿qué hay de malo en ellas?

Además de los PEG, que son compuestos etoxilados (si queréis leer algo más científico sobre la etoxilación), las siliconas tienen varios puntos negativos: [entradarelacionada id=»7852″]

-Retienen la humedad de la piel. Eso es cierto a medias, ya que forman una película hidrorepelente en ella que le impide respirar correctamente, es decir, repele el agua del exterior e impide que se evapore la interior, por eso es tan importante desmaquillarnos por las noches con un buen desmaquillador, para eliminar los restos de maquillaje y la silicona que se deposita en la piel para que pueda respirar por la noche. Así que la sensación de hidratación que dan las siliconas es falsa, no aporta agua, sólo impide que nuestro cuerpo la elimine (y con ella sales, dioxinas y todas las cosas que nuestro organismo no desea…).

Además, con las siliconas no hidrosolubles hemos de usar desmaquilladores muy agresivos para eliminarlas, por eso muchos limpiadores suaves e incluso Bio puedes sentir que no funcionan, porque no eliminan las siliconas al no ser agresivos.

-Por lo que respecta a la siliconas solubles o PEG, éstas son mucho más fáciles de eliminar, pero como os indiqué en el anterior post, una de las características del polietilenglicol es que aumenta la capacidad de absorción de la piel, es decir, ésta está más receptiva. Eso sería estupendo si los ingredientes de los productos cosméticos fueran totalmente inocuos…, pero no es así.

Eso sí. Los PEG permiten que la piel respire un poco más, son siliconas más suaves y solubles en agua pero, además de ser productos etoxilados (sí, lo repito una vez más) son derivados del petróleo. Es decir. Ese chapapote que, por desgracia, tuvimos la ocasión de contemplar en las playas gallegas, eso, procesado mil veces con otros químicos, es la materia prima que nos ponemos en la piel. En un futuro post os hablaré a fondo del petróleo y sus derivados. (si tenéis curiosidad podéis echar un ojo a este documento de la UE con las restricciones de uso de los ingredientes cosméticos. El largo listado de los derivados del petróleo empieza con el número de referencia 763).

-La mayoría de las cremas rellenadoras de arrugas (por no decir todas) contienen siliconas y sí, rellenan las arrugas, pero es un efecto óptico, al igual que los reductores de poros. Cuando te desmaquillas se va la magia.

Para que veáis el efecto que las siliconas hacen en la piel os recomiendo ver el vídeo del test del limón de Benefit (una marca que me encanta pero está tan llena de cochinadas que diría mi querida MissBio…).

Nuestras conclusiones

Sabéis que en estos artículos un poco más técnicos me gusta contar todas las versiones, y lo cierto que que a pesar de las trazas de Óxido de Etileno y de 1,4 Dioxano que puedan haber en los PEG, numerosos estudios (podéis ver un resumen en inglés), reconocen la baja toxicidad para los humanos de estos compuestos (eso sí, extrapolando los ensayos con conejos, ratas y cerdos). Además, muchos estudios muestran la utilidad de estos polímeros para tratar el cáncer, no como medicamento en sí, sino para recubrir la droga administrada al paciente, de forma que se evita que ésta sea filtrada por los riñones y eliminada, se degrade o sea reconocida por el sistema inmune y pierda eficacia. Amén de otros usos médicos que se están investigando y que auguran la mejora de muchos tratamientos para diversas enfermedades y, con ellos, el incremento de la calidad de vida de muchas personas.

También sabéis que no me gusta la cosmética con química dañina, por muchas aplicaciones médicas que esta tenga, y que nuestras estanterías están llenas de productos catalogados como saludables de los que la comunidad científica cada vez duda más,  pero, ya que con estos artículos intento ser lo más ecuánime posible, me parecía de Ley dar toda la información que he encontrado. A pesar de ello, deciros que yo, personalmente, prefiero atenerme al principio de precaución (ya que nuestros gobernadores no nos previenen) y mantenerme lo más alejada posible de estos ingredientes. Pero me deja un poco más tranquila saber que la UE, algún día, podrá -si quiere- legislar que todos los cosméticos con PEG eliminen todas las trazas de 1,4 Dioxano, dado que es posible, con lo que nuestros productos con siliconas serían un poco menos dañinos.

Lo que me preocupa es que nuestros gobernantes sean capaces de poner un umbral de seguridad a unas sustancias demostradamente inicuas y prohibidas como el Óxido de Etileno y el 1,4 Dioxano (de las cuales la UE permite como máximo 160 y 380 partes por millón en las formulaciones farmacológicas por su inherente toxicidad). Pero, como en muchos de los productos que usamos los fabricantes no tienen la obligación de poner los ingredientes… ¿Sabíais que los peores productos con PEG son los sprays de prelavado porque son inhalados y no solemos aplicarlos con guantes? Pues yo tampoco…, podéis ver los niveles en la página 144 de este documento. Ahora los juntamos con nuestros cosméticos habituales y…, desgraciadamente, ni así podemos hacernos una idea de la cantidad de Óxido de Etileno y 1,4 Dioxano que nos estamos metiendo en el cuerpo, ya que no sabemos cuáles son los niveles de cada producto (sólo el umbral), además de ser ingredientes sumamente volátiles, por lo que no podemos saber cuánto producto penetra en la piel, pero ¿cuánta toxicidad es necesaria para prohibir un producto?

Es obvio que las sustancias etoxiladas están en muchísimos de los productos que usamos diariamente. Aunque sean ínfimas las cantidades de estos tóxico que absorbemos por nuestra piel, éstos se juntan con los parabenos, los petróleos, los metales pesados, el fenoxietanol, los ftalatos y otros disruptores endocrinos… La comunidad científica ya ha alertado sobre la cantidad de sustancias dañinas que usamos. La ciencia avanza tan rápido que somos incapaces de predecir los efectos que, a la larga, tendrán todos estos químicos. Y no se trata de volver a las cavernas, sino de usar la ciencia al servicio de las personas, y no al contrario. La historia está llena de relatos en los que la prepotencia humana trajo trágicas consecuencias. Y me siento como Kate Winsley en el Titanic, con el agua al cuello y el barco yéndose a pique. Solo que, me temo, ningún Di Caprio vendrá a salvarnos.

Para una información más técnica sobre las siliconas…

http://www.siliconespectator.com

http://personal-care.evonik.com

http://apps.elsevier.es

Related posts

Pigmentos tóxicos en el maquillaje: ci77491, mica y oxido de hierro

Maquillaje I: la cara oculta de una tez preciosa

Champús con siliconas: el maquillaje del cabello