Tóxicos en tus labiales: derivados del petróleo y parabenos

Además de las siliconas, los aceites minerales, las ceras y aceites naturales y los pigmentos azoicos, nuestros labiales llevan muchos otros ingredientes para darles consistencia, para espesar esos aceites y ceras, para conservarlos… En este artículo os hablamos de otros tóxicos en tus labiales como son los espesantes, casi todos ellos derivados del petróleo, los parabenos, que actúan como disruptores endocrinos, y otros conservantes no menos dañinos que se alojan en 4 gramos de barra de labios.

Como sabéis nuestros labiales llevan una mezcla base de ingredientes sintéticos derivados del petróleo, como siliconas petrolatum, ozokerite, mineral oil, synthetic beeswax, cera microcristalina, vaselina, ceresin… mezclados con mantecas, ceras y aceites naturales y los PEG, estos en menor medida pero que algunas marcas usan de forma abusiva, como es el caso de la marca italiana Kiko.

Pues bien. Esa mezcla de aceites, ceras y mantecas (tanto las naturales como las sintéticas) necesita de otros ingredientes para tener la consistencia de un labial y que aguante los cambios de temperatura, que los llevemos en el bolsillo, en la guantera del coche y, por supuesto, para preservarlos de la contaminación microbacteriana en segundo lugar.

Tóxicos en tus labiales: espesantes

Para que todos esos ingredientes se mantengan unidos y con ese delicioso aspecto mantecoso pero sin llegar a notarse como una mantequilla en los labios, se usan polímeros derivados del petróleo como el polybuteneHydrogenated PolyisobutenePolyethylene y otros derivados del petróleo, con la finalidad de incrementar la viscosidad y la consistencia de las mantecas, ceras y aceites y que nuestros labiales tengan esa textura sedosa y suave. 

Otro de los ingredientes que se utiliza mucho en los labiales para poder mezclar de forma correcta y homogénea todos esos compuestos (aceites, ceras, parafinas, conservantes, extractos, minerales, colorantes…) es el Stearalkonium hectorite, un ingrediente que, per se, no tiene mayor problema pero que junto con otros componentes y en determinadas condiciones de almacenamiento (más calor del debido, por ejemplo) puede liberar las famosas nitrosaminas, probados cancerígenos y calificados como tal por la IARC. Pero no sólo eso.

Las nitrosaminas (que se encuentran en el tabaco, en los ahumados y carnes adobadas como pinchos morunos, chorizos, morcilla y, no me cansaré de decirlo, en cosas tan deliciosas como las crujientes patatas fritas) preocupan mucho a las autoridades, ya que a raíz del uso de productos cosméticos y de limpieza del hogar que pueden liberar estas nitrosaminas, se está observando un incremento de sustancias cancerígenas en las aguas depuradas, ya que su uso masivo hace que los procesos de depuración no puedan eliminarlas por completo.

Por supuesto hay muchos más ingredientes en esta categoría, pero os estamos destacando los más importantes…

[adicional text=»No se trata de volver a las cavernas, sólo de pensar si realmente necesitamos todos estos ingredientes dañinos para nuestra piel y nuestro organismo en la cosmética ¿de verdad quieres ingredientes cancerígenos en tu labial, y en tu crema del cuerpo, y en tu desodorante? Se trata de ver qué ingredientes podemos eliminar de nuestra vida diaria sin renunciar al siglo XXI y, sobre todo, de presionar a los poderes públicos para que nos informen correctamente y a las empresas para que nos vendan productos sanos y éticos. Porque la ética también forma parte de este paquete que llamamos #RevoluciónBio.»]

Conservantes

Como es obvio, la proliferación microbiana tiene que estar perfectamente controlada y por eso los labiales llevan diversos conservantes que van desde los más naturales a los parabenos, el phenoxyethanol y el methilisothiazolinone y similares. En muchos casos se unen varios conservantes químicos sospechosos sin ningún tipo de pudor. Incluso en las marcas llamadas de lujo. Pero vayamos por partes.

El hecho de que los labiales no lleven agua (excepto las fórmulas más líquidas como los gloss), sino una mezcla de aceites, ceras, mantecas, extractos y minerales hace que, dependiendo de la formulación, no sea necesaria una gran cantidad de conservantes químicos pero, por el otro lado, el hecho de que nuestros labiales vayan a estar en contacto con una piel tan sensible y con nuestras mucosas hace necesario garantizar que las bacterias no camparán a sus anchas, por lo que se hace imprescindible el uso de conservantes.

Las marcas no tienen ningún reparo en poner todos los conservantes necesarios (e incluso más) con la finalidad de garantizar que sus productos no se contaminan con estafilococos y otros microbios que, no nos cansamos de decirlo, serían un grave problema para nuestra salud si proliferaran en nuestros cosméticos. Pero es como matar moscas a cañonazos.

Phenoxyethanol, vitamina A, C y E en variadas formas y hasta tres parabenos en este labial con tan acertado nombre…

En primer lugar tenemos las vitaminas que son excelentes conservantes pero, lamentablemente, son muy inestables, fotosensibles y se degradan con suma facilidad (lo que decían nuestras madres del zumo de naranja era verdad). Las más comunes en cosmética son la vitamina C, E y A. Lo primero que he de decir es que muchas marcas remarcan, valga la redundancia, eso de que sus cremas llevan vitaminas. Si miráis, en la mayoría de los casos están al final del INCI, como parte de la fórmula para preservar el producto, no para beneficiar a nuestra piel por mucho que lo anuncien los embalajes de las cremas y de los labiales. Por otro lado, las vitaminas más usadas como la E y la A son liposolubles y se almacenan en nuestros tejidos grasos y vísceras, mientras que la vitamina C no se almacena en modo alguno y se excreta por la orina. Todo esto es importante porque, como os he dicho, las vitaminas suelen encapsularse o unirse a otros elementos para preservar su actividad y evitar su degradación.

La vitamina C: normalmente se une la vitamina C al ácido palmítico (que se extrae del aceite de palma). Su forma de eliminación y asimilación por nuestro organismo la hace totalmente inocua. El problema es ese ácido de aceite de palma que ya sabéis cómo se obtiene…

Vitamina E: más conocida como tocopherol (a pesar de no ser lo mismo exactamente). Cuando en el INCI está con este nombre no hay mayor problema pero cuando está acompañado de ácido acético (totalmente inocuo) se llama tocopheryl acetate y, además de ser mucho más resistente a la oxidación, puede contener trazas de hidroquinona, un agente que se ha estado usando durante muchos años para blanquear la piel (entre otros usos cosméticos) pero que es tóxico para nuestra salud.

Tanto es así que la EWG lo califica con un 9 sobre 10 en el índice de peligrosidad (tóxico por inhalación, por contacto, mutagénico…), podéis ver el documento de la IARC aquí  (las conclusiones están en la página 710). Sin embargo el peligro está en esa posible impureza, no en el tocopheryl acetate en sí.

Vitamina A: Otras muchas marcas añaden como conservante la vitamina A o Retinyl Palmitate. A pesar de la inocencia que desprende añadir vitamina A un labial (o en este caso un compuesto de retinol y ácido palmítico), el retinyl palmitate es bastante peligroso en la piel, ya que, como casi todas las vitaminas, es inestable y fotosensible.

Pues bien, cuando la luz ultravioleta incide en nuestra piel, los componentes del retinol se rompen liberando radicales libres que pueden dañar nuestro ADN y causando mutaciones genéticas que son el precursor del cáncer. Tanto es así que la FDA estadounidense desaconseja su uso.

Así que nada de vitamina A en nuestros labiales ni en ninguna crema, por favor. Si os da el punto podéis leer este documento de la IARC en el que se explica un estudio que se hizo con ratas durante un año. Las conclusiones calificando el retinol como cancerígeno están en la página 127… Como véis, la palabra natural no es sinónimo de inocuo.

Parabenos

Los parabenos son los conservantes más utilizados en cosmética. De hecho, el segundo ingrediente más usado después del agua es el metilparabén y el tercero el propilparaben. De un tiempo a esta parte hay mucha controversia sobre si parabenos sí o no y las declaraciones de determinados médicos no han hecho sino liar más al consumidor. Vamos por partes.

La Asociación Española de Dermatología y Veneorología (AEDV) los tilda como seguros porque si bien antes las concentraciones que se permitían de parabenos resultaban excesivas y eran profundamente irritantes, en la actualidad están limitadas a 0,8% del producto en el caso de un parabeno o 0,4% en el caso de que se use más de un parabeno, por lo que los casos de reacciones son muy limitadas y sólo en personas con pieles problemáticas (ancianos, personas con DA, eccema…).

Pero la AEDV no habla del factor principal por el cual deberían estar prohibidos los parabenos y es porque son disruptores endocrinos. Repetimos que nos parece un ejercicio de irresponsabilidad proclamar la seguridad de los parabenos cuando el problema de éstos no reside en la especialidad de la que se ocupan estos profesionales (que por otro lado han realizado muchos y maravillosos estudios en los que efectivamente concluyen que los parabenos son seguros para la piel, pero es como si un dentista dijera que la cicuta es inocua porque no daña el esmalte dental).

No. Hablamos de que los parabenos aplicados en la piel (y todas las demás sustancias) atraviesan la barrera cutánea y penetran en nuestro organismo, interfiriendo en nuestro equilibrio hormonal y actuándo como si fueran estrógenos (puedes leer más aquí). De hecho el metilparabeno se encuentra en la mayoría de los cánceres de mama (concretamente en el 99% de los casos).

Y estas cosas no las decimos nosotras, las dice una de las mayores eminencias de España en medicina nuclear y radiología como es el doctor Nicolás OleaCatedrático en la Facultad de Medicina de la Universidad de Granada, y Coordinador de Investigación del Hospital Clínico Universitario San Cecilio de Granada. Os volvemos a poner el vídeo de una de sus conferencias. No sólo no es un tostón sino que es hasta divertida, al tiempo que alarmante. Conferencia no apta para mujeres embarazadas sensibles.

Además de todo lo que dice Nicolás Olea, la Unión Europea ha tomado cartas en el asunto y ha creado la comisión de disruptores endocrinos (los parabenos son sólo unos de ellos), de la que Nicolás Olea forma parte como representante español. Desgraciadamente la UE sólo ha reaccionado (y lentamente) ante la insistencia del cuerpo científico que está sumamente alarmado por la incidencia de los disruptores endocrinos en el ser humano y el el resto de seres vivos, donde ya se han encontrado aberraciones genéticas en flora y fauna.

Hasta entonces los españoles sólo teníamos esta (vergonzosa) hoja informativa de la UE (en inglés para que todos la entendamos bien) en la que se aconseja que no se usen productos con parabenos en el área perianal de los menores de seis meses, porque su sistema inmune es inmaduro y no se sabe cómo podría deshacerse de esos ingredientes.

Y reiteramos lo que dijimos profundamente indignadas. ¿Y las personas transplantadas? ¿Y las sometidas a quimio y radioterapia? No soy médico pero creo que su sistema inmune no está como para lanzar cohetes ¿pueden sus cuerpos deshacerse de los parabenos de labiales, geles, champús, desodorantes, cremas, serums, maquillajes….? ¿Y qué me dicen de las sinergias de todos estos parabenos con otros preocupantes disruptores endocrinos como ftalatos presentes en cosméticos y plásticos?

Pues bien, después de muchos ríos de tinta vertidos sobre los parabenos la UE prohibió el pasado 9 de abril de 2014 el uso de los esteres de cadena larga, es decir, de los siete parabenos que se usan en cosmética (etilparabeno, metilparabeno, propilparabeno, butilparabeno, bencilparabeno, isopropilparabeno, isobutilparabeno) se han prohibido los tres últimos para su uso en cosmética, quedando permitidos sólo los parabenos de cadena corta. Esta prohibición nos deja un sabor agridulce en la boca, ya que si bien nos alegra que los parabenos más dañinos ya no puedan ser usados en cosmética, nos da que pensar que es un parche y no se va a profundizar más en el tema, dejando el resto de parabenos en libertad sin cargos, por mucho que la comunidad científica clame. Pero claro, los loreales y la industria química que crea los parabenos son un lobby mucho más fuerte que un puñado de científicos apocalípticos.

Phenoxyethanol

Comparado con otros productos que son mutagénicos, cancerígenos, disruptores endocrinos y un largo etcétera, el phenoxyetanol es como una hermanita de la caridad y, de hecho, es el conservante que se esconde en los sellos paraben free junto con el methylisothiazolinone del que hablamos abajo y se usa incluso en algunos productos naturales en proporciones ínfimas, pero se usa.

Es profundamente irritante y tanto es así que la Agencia Nacional de Seguridad del Medicamento y de los productos de la Salud de Francia ha sugerido que se rebaje la concentración máxima actual del 1% al 0,4% como máximo, dados los casos de alergias que se están dando. Además advierte que esta sustancia no debería usarse en el área de pañal de los bebés.

Nos cabrea profundamente que los ciudadanos no tengamos acceso a estos datos. Sí, vale, en Internet está todo, pero no queremos que los medios de comunicación nos hablen todos los santos días de si Bárcenas tiene 10 o 15 millones en Suiza, y de si Urdangarín es tan mal yerno como parece, o de si Catalunya, finalmente, será un Estado independiente, porque también quiero que me digan que un gobierno de la UE, que no se califican por ser precisamente integristas de lo bio, recomienda que a nuestros bebés no les pongamos cremas y toallitas con parabenos y phenoxyethanol en el culete aunque sólo sea por precaución.

Y nos da más rabia todavía que esos que nos gobiernan a todos y que ahora están (re)tomando sus asientos de cuero en el Parlamento Europeo no defiendan nuestros intereses, sino los suyos y los de los lobbies. Pero en un país que se activa y paraliza al golpe que dicta el pito de un árbitro se nos antoja complicado establecer otro orden de prioridades en la agenda de los medios y de los propios ciudadanos…

Methylisothiazolinone: Otro de los conservantes que ha venido a sustituir a los parabenos en los últimos años. Tanto es así que en Estados Unidos y otros países han saltado las alarmas por la cantidad de casos de reacciones alérgicas que se han dado. En esta noticia podéis leer más al respecto. Además la EWG lo califica con un 5 de peligrosidad, porque diversos estudios sobre células celebrales apuntan la posibilidad de que sea neurotóxica.

Filtros solares

Uno de los ingredientes que más se usa en los labiales con SPF (e incluso sin él) es el Ethylhexyl Methoxycinnamate, más conocido como Octinoxate. Este es uno de los filtros solares químicos más usados por su bajo índice de reacciones y por ser poco fotoalergénico, y se usa en todo tipo de cosméticos con factor solar.

Sin embargo, podéis escuchar un poco más sobre los peligros de los cinamatos. De nuevo el doctor Nicolás Olea nos advierte de los peligros de los químicos dañinos: «Desde hace dos años hay una denuncia del departamento de farmacología de la Universidad de Zurich sobre que la mayor parte de los protectores solares tiene actividad hormonal. Los tres grandes grupos químicos que se utilizan en protección solar son benzofenonas, camcenos y oxicinamatos y los tres son antiandrogénicos, se absorben fácilmente por la piel y modifican los comportamientos de las hormonas masculinas. Eso es motivo de un proyecto europeo que se llama Contamed, que ya ha presentado sus resultados y ahora mismo está sobre la mesa la limitación del uso de esos tres compuestos en los protectores solares». Para ver el vídeo pincha aquí.

Minerales y piedras

Son utilizados como colorantes (dióxido de titanio), para dar shimmer a un labial (mica) y suponen una larga lista de minerales (óxido de zinc, talco, selenio, magnesio) a los que se les une el uso de gemas semi preciosas y de metales preciosos como el oro o la plata.

El problema de estos ingredientes está en su pureza y en los productos que usan para extraerlos, ya que uno de los principales problemas del talco, por ejemplo, es el contenido en metales pesados que pueda tener, así como en sustancias químicas como los antiaglomerantes que se usan en su extracción.

Por supuesto los minerales no pueden ser certificados (sólo se puede certificas lo que nace y crece, en pocas palabras), pero las marcas ecológicas han de tener una absoluta trazabilidad de sus ingredientes, ya que muchos sellos piden una garantía de que sus minerales no están contaminados por estas sustancias. Pero hay más. La mica es uno de los minerales más usados en la actualidad no sólo para labiales sino para muchos otros productos de belleza. Es la encargada de aportar brillo a una sombra de ojos, a un colorete o a unos polvos solares.

Siempre incidimos en la salud para nuestra piel, nuestro organismo y el entorno que nos rodea. Otros artículos os hemos hablado de las devastadoras imágenes de la selva de Sumatra y de un orangután quemado vivo por las compañías extractoras de aceite de palma. Esta vez os presentamos a algunas de los niños que hacen posible que tengamos en nuestras manos esas bonitas sombras tanto de marcas de lujo como low cost (haz click en la imagen para ir al artículo). Y todo esto lo escribimos mientras Leo duerme en la habitación de al lado y nos recorre un escalofrío el cuerpo…

Colorantes

Junto con los aceites y las mantecas son los ingredientes principales y los que nos permiten colorear la piel de nuestros labios según marcan las tendencias de moda y deciden los gurús de las alfombras naranjas, porque el naranja es el nuevo rojo. Pues bien dentro de los colorantes que podemos encontrar en nuestros labiales están los llamados tintes azoicos, en tela de juicio por su alta toxicidad. Os remitimos a La Noche Temática con los fantásticos documentales Víctimas de la moda y Documentos TV con Carga Tóxica. Ambos son valiosos y los recomendamos encarecidamente. Junto con las telas, los maquillajes.

Si bien en un principio se usaban tintes naturales (como la cochinilla que se sigue usando y sí, es un insecto asqueroso pero natural 100% e inocuo), poco a poco, se han ido sustituyendo por otros sintéticos. El problema es que la mayoría de los cosméticos utilizan los llamados colorantes azoicos, para cuya producción se utilizan aminas aromáticas (bonito nombre para unos derivados de los hidrocarburos como el benceno, tolueno, naftaleno, antraceno y difenilo), entre las que se encuentra la anilina, una de las aminas aromáticas más simples y probadamente cancerígena (todos los compuestos terminados en -amine como la Dietanolamina). Entre los colorantes azoicos (para las que quieran leer una maravillosa clase de química os aconsejamos este documento) podemos encontrar:

– Ingredientes que terminan en -anilin o -anilid

– Colorantes que llevan las letras HC delante como el HC Orange 3

– Los que empiezan por palabras como AcidAcid Red 73

– Los que llevan el nombre Pigment al principio: Pigment Green 7

– Los que llevan la palabra Solvent delante: Solvent Black 3

La controversia con el uso de estas sustancias radica en que la toxicidad de estos compuestos en los cosméticos no existe per se, es decir, los colorantes azoicos no son cancerígenos, sino pre cancerígenos y de su absorción y la degradación metabólica y las reacciones que se creen con otros compuestos cosméticos dependerá que liberen compuestos cancerígenos (un caso similar al de las famosas nitrosaminas de Deli Plus).

Sin embargo los colorantes azoicos derivados del benceno se convierten en cancerígenos a través de los procesos metabólicos normales. Aquí podéis leer un documento de los riesgos según el IARC, donde además se especifica el riesgo para las personas que trabajan con estos materiales (sobre todo en peluquerías, ya que en empresas químicas pueden ir con trajes especiales y mascarillas pero no en las peluquerías, donde los trabajadores siquiera usan guantes en la mayoría de ocasiones).

Además, otro de los factores que debemos tener en cuenta es las impurezas que contienen estos tintes, que llegan a superar el 20% en los productos comerciales.

En este sentido, la EFSA (Agencia Europea para la Salud Alimentaria), aseguraba en 2007: » Sobre la base de estudios realizados en animales, el Panel AFC llegó a la conclusión de que la anilina se deben considerar carcinógenos. De acuerdo a la nueva evidencia científica, no puede excluirse que el potencial carcinogénico de la anilina afecta el material genético de las células. Por lo tanto, no es posible determinar una tasa de contribución de anilina que pueda ser considerado seguro para los seres humanos «.

Y ahora hacemos una reflexión. Todas estas sustancias de las que habhablamos en los artículos sobre tóxicos de Orgànics Magazine no están exclusivamente en nuestros cosméticos. Muchas de ellas se encuentran incluso en lo que comemos, en nuestros objetos cotidianos, en el patito de goma con el que se baña nuestro bebé, en la almohada sobre la que reposa nuestra cabeza cada noche, en el bacon crujiente que tomamos con deleite.

No se trata de volver a las cavernas, sólo de pensar si realmente necesitamos todos estos ingredientes dañinos para nuestra piel y nuestro organismo en la cosmética ¿de verdad quieres ingredientes cancerígenos en tu labial, y en tu crema del cuerpo, y en tu desodorante? Suponemos que si eres fumador ya sabes que el tabaco mata, incluso a las personas que fuman tu humo de forma pasiva, entre las que se encuentran tus hijos y, desgraciadamente, no creemos que por ello vayas a dejarlo.

Tampoco creemos que tires tu televisor por la ventana (recubiertito de retardantes de llama altamente cancerígenos, os volvemos a dejar el maravilloso vídeo de Annie Leonard y su The Story of Stuff Project sobre los electrodomésticos). No, se trata de ver qué ingredientes podemos eliminar de nuestra vida diaria sin renunciar al siglo XXI y, sobre todo, de presionar a los poderes públicos para que nos informen correctamente y a las empresas para que nos vendan productos sanos y éticos.

Porque la ética también forma parte de este paquete que llamamos #RevoluciónBio. No es posible bañar a nuestros hijos con productos inocuos 100% si para ello le robamos la infancia a los hijos de otros. No puede haber una empresa responsable medioambientalmente de web para afuera y que en sus cosméticos use ingredientes tóxicos o, lo que es peor, ingredientes para cuya elaboración o extracción se ha dañado animales y esquilmado recursos naturales. Porque para hacer la #RevoluciónBio tenemos que empezar por mirarnos el ombligo…

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