Como muchos de vosotros nos pedís recomendación sobre algún vino dulce ecológico, hoy hemos decidido poner la cata uno que nos encanta.
Primero os diremos que un vino dulce es aquel que por lo menos tiene 50 gramos por litro de azúcares residuales. Para obtener esta cantidad de azúcares residuales en el vino se puede hacer de dos formas:
- Vinos Naturalmente Dulces, es decir todo el alcohol y el azúcar que tienen provienen de la uva, no han sido añadidos. Para ello se hace una sobre maduración de la uva, cuanto más madura una uva más azúcar gana y a la vez se debe producir una deshidratación que concentre esos azúcares, bien por calor (los vinos de Málaga o las malvasías de Lanzarote), por frío (vinos de hielo alemanes), por podredumbre noble (vinos de Sauternes franceses o los Tokay húngaros). Al fermentar el mosto de esas uvas tan dulces el alcohol producido es demasiado alto para las propias levaduras, que mueren y dejan de fermentar y por tanto ese vino se queda con azúcares residuales.
- Vinos Dulces Naturales (si ya sabemos, con la de nombres que se podían poner a ambos casos usan estos dos que provocan confusión) es decir el azúcar es el de la uva pero una parte del alcohol es añadido. También se necesita una sobre maduración de la uva para obtener el máximo de azúcares. Al mosto dulce en vez de dejarle fermentar, o fermenta muy poco, se le añade alcohol en forma de alcohol vínico o brandy para cortar la fermentación. Entre estos vinos están los vinos de Oporto portugueses, los Marsala italianos o nuestras Mistelas y Fondillones, y el vino PX que nos ocupa.
Esta es una división muy amplia y luego cada tipo de vino o vino licoroso tiene su elaboración, aquí solo os hemos mostrado las maneras de conservar el azúcar de la uva en el producto final.
Hoy catamos un vino de Bodegas Robles, una bodega que nació en 1927 en Montilla, Córdoba, y que la familia Robles convirtió poco a poco en ecológica. Siempre habían hecho una agricultura respetuosa con el medioambiente, ya que en la zona se dan temperaturas extremas tanto en invierno como en verano lo que ayuda a controlar cualquier plaga, y tan solo se necesita hacer algún tratamiento preventivo así que en 1999 sacaron Piedra Luenga su primera línea de vino ecológico certificado. Los hermanos Pilar, Marisa y Francis son la tercera generación de viticultores y elaboradores de vino y su bodega es, hoy por hoy, la primera y única bodega dentro de una Denominación de Origen en Andalucía que produce vino ecológico certificado. En el año 2009 fueron la primera bodega española en calcular su huella de carbono, adquiriendo el compromiso de reducirla anualmente, para ello apuestan por las energías renovables en la bodega y en el aprovechamiento de la biomasa en la viña . También colaboran con la Universidad de Córdoba y con la Excma. Diputación de Córdoba en diferentes estudios sobre viticultura y enología ecológicos, y se les concedió el Programa Estatal de Promoción del Talento y su Empleabilidad en I+D+i «Torres Quevedo» del Ministerio de Ciencia y Tecnología (MCYT). En Bodegas Robles además de vinos eco también elaboran vinagres y gelatinas de vino ecológicos.
El vino dulce catado es de uvas de la variedad blanca Pedro Ximénez, cosechadas a mano a mediados de agosto y posteriormente tendidas al sol en las paseras de la bodega, un área con suave pendiente y orientación adecuada especialmente reservada para la deshidratación y pasificación de las uvas. Allí permanecen entre siete y diez días y para que el secado sea regular y homogéneo se voltean manualmente, como antaño. Todo el proceso es artesanal.
Una vez pasificadas esas uvas pasan a la bodega donde se estrujan y fermentan con las levaduras autóctonas en depósitos de acero inoxidable. Cuando alcanzan cierto grado alcohólico se le añade poco a poco alcohol vínico hasta los 15º alcohólicos. Es un vino dulce joven, sin madera ya que no pasa por la típica crianza de soleras y criaderas de la zona de Motilla-Moriles.
Nada más abrir el vino al verterlo apreciamos su su densidad, no hace nada de ruido al chocar con el cristal de la copa. Tiene un color caoba claro, brillante, con ribetes ámbar, lágrima densa. El aroma es intenso, donde predomina el puro aroma a uva pasa con otras frutas maduras y dulces como ciruelas pasas y dátiles. En boca es, como ya habíamos apreciado denso, untuoso, dulce, con cierta acidez que ayuda a que no resulte empalagoso, más uva pasa, miel y al final un toque como a cítricos o manzana ácida. Rico retrogusto.
Normalmente estos vinos dulces suelen acompañar a otros platos también dulces como pasteles, bizcochos, pastas… pero a nosotras este PX nos encanta fresquito, no a temperatura ambiente, antes de tomarlo ha estado una hora en la nevera, tanto como aperitivo solo o acompañando a quesos y frutos secos, como de postre acompañando a frutas cítricas y ácidas como fresas y con chocolate amargo es delicioso ya que se potencian los sabores de ambos productos. Este vino es además un ingrediente estrella en muchos guisos principalmente de carne, pero también de pescados y postres. Añadiendo unas gotas de PX en las salsas de nata, tanto animal como vegetal, de platos de pasta le dan un toque riquísimo.
Y prueba de que es un vino muy rico este PX es un vino muy premiado: ha recibido Gran Oro en el Concurso internacional de vinos ecológicos Bioweinpreis 2016 celebrado recientemente, el Gran Oro en MUNDUS VINI Biofach 2015 (la feria ecológica más importante de Europa) y Premio Diamante del Concurso Internacional Premios Vino y Mujer 2014 (Rocío Márquez es la enóloga de la bodega).
Este vino ecológico Piedra Luenga PX del 2015 en botella de 500 mililitros con el sello de Calidad Certificada de la Consejería de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía en su etiqueta y con los sellos en la contra etiqueta del Comité Andaluz de Agricultura Ecológica, el de la Unión Europea para agricultura ecológica y el de UDSA (Normas de Producción y Certificación Ecológicas del Ministerio de Agricultura de los EEUU), cuesta 6,55 € en la web de la bodega.