Hoy catamos el vino tinto Sang de Drac (Sangre de Dragón) 2013 de la bodega Cellers de Can Suriol de Font-Rubí (Barcelona) y perteneciente a la D.O. Penedès.
La bodega Cellers de Can Suriol está construida sobre parte de la antigua bodega perteneciente al castillo de Grabuac, del que aún se conserva la capilla y parte de los graneros y que ahora pertenecen a la bodega, en lo alto de un cerro que domina gran parte de la comarca del Alt Penedès. Hay escritos que atestiguan que en la zona ya se hacia vino en 1179, tres siglos antes de que se construyera el castillo de Grabuac.
La familia Suriol es la propietaria desde mitad del siglo XIX de la bodega que fue del Castillo de Grabuac. Primero funcionaban como una masía en la que había y se hacía de todo aceite, vino, frutales, ganado… pero con el tiempo se especializaron y dejaron como única actividad la viña y el vino. Pero no es hasta los años 80 del siglo XX que no empiezan a elaborar cavas y vinos embotellados bajo el apellido familiar.
En la actualidad Cellers de Can Suriol elabora vinos de sus propia viñas, 25 hectáreas repartidas en 20 microparcelas de vides ecológicas que conforman el Pago Castell de Grabuac y que rodean a la bodega. La bodega actual se construyó en 1985 y se remodeló y amplió en 2009.
Desde 1989 cultivan sus vides en ecológico y en 1995 consiguen la certificación ecológica. Todos sus vinos son ecológicos y certificados, elaboran blancos, tintos, dulces y espumosos de método tradicional bajo la D.O. Cava.
Ahora además del vino también apuestan por el enoturismo con visitas, paseos por la bodega, catas, degustaciones exclusivas, comidas maridaje, excursiones por las viñas, talleres de campo… para no solo poder disfrutar de sus variados vinos sino también del bonito paisaje que se puede contemplar desde el cerro donde esta la bodega.
El vino catado es un vino de una edición limitada a 7900 botellas numeradas y nosotras hemos catado la 106. Es un vino elaborado con la variedad Ull de Llebre o Tempranillo, uva cosechada en las viñas del «el Pelegrí» y del «Mas Rosell» durante septiembre de 2013. El vino estuvo guardado 10 meses en depósitos subterráneos y luego crianza de 10 meses en bocoys (barricas o toneles de 600 litros) de castaño. En mayo de 2015 fue embotellado y desde entonces esta envejeciendo en botella.
Este vino tiene un bonito color granate (como si fuera de sangre de dragón 🙂 ), capa alta, lágrima densa. Tiene 13,5 grados alcohólicos que al olerlo nos ha subido un poco el alcohol así que lo hemos dejado reposar un poco para poder apreciar las frutas rojas y maduras, no hemos apreciado madera en sí, quizás acostumbradas a las maderas de roble la de castaño no deja tanto aroma, o lo deja muy sutil. En boca es potente por su graduación alcohólica, untuoso, taninos de la uva pero no se aprecian los de madera, por lo del castaño suponemos, lo cual puede ser de mucho agrado para aquellos que no les gusten los vinos maderizados. Pensamos que es un vino que acompaña bien a platos elaborados y contundentes, nosotras lo hemos acompañado con un hojaldre de boletus y nata vegetal, rico rico…
Esta botella negra tipo bordelesa lleva en la parte superior de su etiqueta el cuadro «San Jordi» (por lo de sangre de dragón) de la pintora Alejandra Rubies y en la contraetiqueta lleva el logotipo del Consell Catalá de la Producció Agraria Ecológica y el de agricultura ecológica de la UE, lo podemos encontrar por 10,30 € en la web de la bodega suriol.com