El protector solar infantil sin nanopartículas Nuura es uno de esos productos que enamora. Y no solo enamora por su packaging, su INCI o la experiencia sensorial que nos proporciona. No.
Nuura enamora por su honestidad.
«Nina, yo no quiero honestidad en un solar, quiero que mis peques no se quemen», estarás pensando.
Pero es que este 2022 ha sido un año convulso en cuanto a los solares ecológicos se refiere y, de repente, ha sido como descubrir que Papá Noel, los Reyes Magos, las hadas y el Ratoncito Pérez son de cartón piedra. En Orgànics Magazine siempre aplicamos el principio de precaución de la UE. Ese que nuestro gobierno supranacional enunció en 2008 y que tan pocas veces ha puesto en marcha.
Ese mismo principio es el principio que aplicamos las mamás y los papás: si algo puede hacer daño no se lo doy a mis hijos, aunque todas las causas acción-reacción no hayan sido del todo establecidas. Es un principio anticipatorio que nos dice que no vamos a exponer a alguien a una sustancia de la que se sospecha que puede tener un efecto nocivo. Todo en condicional. Esa es la precaución.
Y con las nanopartículas en Orgànics Magazine no nos la jugamos. La industria crea compuestos con mucha más velocidad de la que la ciencia puede demostrar y estudiar sus efectos. Sabemos que las nanopartículas atraviesan la barrera cutánea y la celular. Y por eso la UE está tan preocupada por ellas. Y por eso hay tantas restricciones en cosmética. Y por eso requieren un informe y autorización previa.
Y sí. Las nanopartículas en solares pueden ir recubiertas de silicio. O de silicona tóxica en el caso de los solares convencionales. Y tenemos el llamado «solar Ferrero Rocher», donde esas partículas, en principio, no atraviesan la piel.
Pero para nosotras falta estudios a medio y largo plazo para ver el comportamiento de estos nanocomponentes. Y, por eso, no los aconsejamos.
Sin embargo este año hemos visto como muchas marcas que nos decían que no contenían nanopartículas las contienen. Y se nos han caído los palos del sombrajo. Pero de todo ello os hablamos (con estudios, leyes, links y demás) en el artículo enlazado. Es un tema complicado, farragoso e incómodo. Incomodísimo.
Pero hoy nos toca sacar pecho y hablar de este increíble solar infantil sin nanopartículas de Nuura.
Solar infantil sin nanopartículas de Nuura
Lo primero que tenemos que buscar en un solar infantil es que sea ecológico. Y este lo es y, además, está certificado.
Lo segundo importante es mirar que no contenga nanopartículas (muchas de las marcas de las que hemos estado hablando durante años y que nos decían que no contenían nanopartículas, hoy nos sorprenden con la palabra NANO detrás del dióxido de titanio, pero de eso os hablamos largo y tenido pronto, palabra).
Lo tercero es que sea rico, nutritivo y un poco untuoso.
Muchas veces me pedís que os recomendemos solares que no cuesten de aplicar. Nuura no cuesta nada de aplicar. Se extiende divinamente y es muy rico para la piel de los peques.
Cuanto más lipídico sea un solar, mejor. Por dos motivos. El primero de ellos es porque aporta nutrición a la piel, ya que no debemos olvidar que los filtros físicos son partículas minerales que tienen un pequeño grado de abrasión y pueden deshidratar la piel un poco (vamos como si te rebozaras en arena).
Y el segundo motivo es porque los lípidos nutren la piel y se quedan pegaditos a nuestro manto hidrolipídico y, con ellos, las partículas minerales. Los solares físicos son como si te pusieras una media en todo el cuerpo, no se absorben como los filtros químicos (ni tienen sus miles contraindicaciones) y se quedan en la superficie reflejando, absorbiendo y dispersando los rayos UVA y UVB.
Por eso para los peques, cuanto más graso sea el solar, mejor. Cuanto más blanco quede, mejor (y este de Nuura es excepcionalmente blanco para la riqueza que contiene).
Mirad, a los niños les importa muy poco si van blancos a la playa. Esas mierdas las tenemos los adultos en la cabeza. ¿Sabes lo que quiere un niño en la playa? Disfrutar y rebozarse, jugar con el agua y no sufrir por la noche con el roce de las sábanas porque se ha quemado en la playa. A los críos les importa un comino de qué color van.
Pero CLARO, si escuchan a mamá decir :’este solar no se puede extender’, a la abuela decir: ‘hija, es que parece un fantasma tan blanco el crío’. Al padre: ‘esto no se va ni con estropajo’ y al pediatra: ‘mejor uno de farmacia’. Pues ya lo tenemos.
Blanco y en botella.
Los niños aprenden lo que ven. Y os digo lo de las mierdas en la cabeza, porque yo no soy impermeable. Este año Leo ha tenido su primer campamento escolar. Y, obviamente, tenían juegos de agua. Se llevó su solar ecológico y era yo la que tenía miedo del ‘qué dirán’, de si sus amigos se iban a meter con él, de si le iba a dar vergüenza…
Cuando volvió le pregunté y me dijo que sí, que sus amigos le decían que parecía un fantasma, pero él les contó lo que le llevo contando desde que nació: que es lo mejor para su piel y que de esta manera está protegido sin ingredientes malos para él. Incluso les dio una compleja explicación sobre los rayos UVA y UVB (cuando crees que no están escuchando, te sorprenden…)
Eso es lo que ha visto en casa. Nunca ha visto a nadie dudar, pensar que no funcionaba, decir que qué blanco… Obviamente estamos hablando de la infancia, la adolescencia ya la torearemos de otra manera. Pero os lo digo porque el discurso de los padres es algo que nuestros peques compran sin dudarlo. Nosotros somos su ejemplo y lo que decimos va a misa.
Fue una de las muchas lecciones que podemos aprender de ellos. Si les escuchamos y no cedemos ante nuestros prejuicios de adultos.
Así que ¡pongamos de moda el blanco en la playa! Su piel te lo agradecerá, y los corales también.
Este solar infantil sin nanopartículas de Nuura, además tiene una composición brutal que hace que sea muy suave para la piel con dermatitis, gracias al bisabolol, la manzanilla y la caléndula, tres ingredientes perfectos para las pieles sensibles como la de los bebés.
Además, la sabia combinación de lípidos y aloe vera hace que este solar nos proteja divinamente y evite la deshidratación de la piel. La vitamina E y aceite de semilla de frambuesa, nos dan una ración extra de antioxidantes para combatir los efectos negativos del sol.
Y hablando de sol.
El sol no es el enemigo. El sol es vital. Por eso es importante usar un solar ecológico con filtros físicos, porque protegen desde el minuto cero. Lo ideal es que nuestros peques tomen el sol sin necesidad de solar. Porque lo toman a horas en las que el sol no daña (antes de las 11h y después de las 19h), porque lo toman todo el año, porque poco a poco se ponen morenitos y al llegar el verano casi no lo necesitan y porque nuestros usos solares no son 12h en la playa los siete días a la semana en vacaciones.
Pero si no es así porque nuestra vida nos hace estar metidos en casa y tenemos una semana para ir a la playa y ponernos como marmotas al sol, déjale unos minutos al sol sin ponerle el solar para que la vitamina D tan necesaria para su cuerpecito se pueda sintetizar, para que su piel tome todo lo bueno que tiene el sol y que hemos demonizado por nuestro estilo de vida que es el que es incompatible con la salud.
Y luego, ya le ponemos este solar infantil sin nanopartículas de Nuura y disfrutamos de nuestro fin de semana o nuestras bien merecidas vacaciones.
INCI:
Aloe barbadensis Leaf Juice*, Caprylic/capric Triglyceride, Titanium Dioxide, Coco caprylate, Decyl Oleate, Propanediol, Zinc Oxide, Aluminum Hidroxide, Polyglyceryl-2 Dipolyhydroxystearate, Stearic Acid, Polyglyceryl-3 Diisostearate, Aqua, Glycerin, Zea Mays Starch, Rubus idaeus Seed Oil*, Bisabolol, Chamomilla Recutita Flower Extract*, Calendula officinalis Flower Extract*, Cetearyl Olivate, Glyceryl Caprylate, Sorbitan Olivate, Tocopherol, Xanthan Gum, Glyceryl Undecylenate, Phytic Acid, Benzyl Alcohol, Potassium Sorbate, Sodium Benzoate, Farnesol.
* Ingredientes procedentes de agricultura ecológica
99,5% de ingredientes de origen natural
23,1% de ingredientes ecológicos
Y tú ¿conocías este solar infantil sin nanopartículas y todas sus bondades?