Dentro del campo de la dietética naturista, las bebidas vegetales han experimentado un auténtico boom en los últimos años. Si hace un tiempo las opciones se limitaban a las bebidas de almendra, soja o arroz, ahora hay muchísimas más aptas para todos los gustos y necesidades: avena, espelta, quinoa, avellanas, etc, etc.[relacionado=»ecológico»]
Llegado a este punto, hay que hacer un inciso respecto a la denominación. Estas bebidas también son conocidas como leches vegetales, término corroborado por la Real Academia Española de la Lengua (RAE), que las define como “Jugo blanco obtenido de algunas plantas, frutos o semillas”. Sin embargo, a nivel comercial, la cosa ya no es tan sencilla, ya que según la Directiva Europea 1898/87, leches son las sustancias segregadas por las glándulas mamarias de los mamíferos. De cualquier modo, para el consumidor nos es indistinto que se llamen leches o bebidas vegetales…
Dicho esto, continuamos. La razón principal de esta proliferación es, al margen de sus cualidades nutricionales, su mayor facilidad de digestión por la ausencia de lactosa, presente en los lácteos. La difícil asimilación de esta sustancia se manifiesta en problemas cutáneos (granitos en la piel) o dificultad en la digestión, sin entrar en otros más serios como alergias. Esto hace que algunas personas empiecen el día con hinchazón y con una pesadez que puede amargar el inicio de la jornada. Aunque hemos de tener en cuenta que no todas las leches de origen animal contienen los mismos niveles de lactosa, ya que la de cabra, por ejemplo, tiene menos que la de vaca.
Pero, ¿cómo puede este componente de la leche ocasionar problemas digestivos? Porque antes de ser absorbida por el intestino delgado y pasar a la sangre, la lactosa presente en los lácteos ha de descomponerse en dos sustancias: glucosa y galactosa. Este paso se realiza por medio de una enzima llamada lactasa, que determina la capacidad de digestión de la leche. Si esa enzima es insuficiente, el azúcar de la leche puede acumularse en el intestino, fermentar y producir gas e, incluso, diarreas.[adicional text=»Estas bebidas también son conocidas como leches vegetales, término corroborado por la Real Academia Española de la Lengua (RAE), que las define como “Jugo blanco obtenido de algunas plantas, frutos o semillas”. Sin embargo, a nivel comercial, la cosa ya no es tan sencilla, ya que según la Directiva Europea 1898/87, leches son las sustancias segregadas por las glándulas mamarias de los mamíferos. De cualquier modo, para el consumidor nos es indistinto que se llamen leches o bebidas vegetales…»]
De hecho, estudios científicos (como los del Hospital John Hopkins de Estados Unidos, especialista, sobre todo, en investigaciones sobre el cáncer), han demostrado que la lactasa no descompone la leche en el organismo con la misma facilidad a partir de los cuatro años, lo que puede provocar alteraciones relacionadas con la incapacidad de digerir el azúcar presente en la leche (lactosa).
Por todo ello, las bebidas vegetales se han convertido en una alternativa a las leches de origen animal (vaca, cabra u oveja). Pero no solo son fáciles de digerir, sino que también son ricas en carbohidratos; tienen menos grasas, generalmente insaturadas; contienen un aporte alto de ácidos grasos Omegas 3, 6 y 9, minerales, vitaminas, hierro, magnesio y potasio, según el caso; y, en su mayoría, carecen de colesterol.
Por lo que respecta al calcio, uno de las principales motivos del consumo de leches de origen animal, la mayor parte de bebidas vegetales lo tienen, aunque podemos complementarlo en la dieta con otros productos como sésamo, almendras y avellanas; coliflor o brócoli; y cereales como la avena y la cebada.
Tipos de bebidas vegetales
Hoy en día podemos encontrar bebidas de espelta, avellanas, soja, arroz, almendra, avena, alpiste (sorprendente, pero cierto. Hay una variedad para el consumo humano. Es muy buena para reducir el colesterol y eliminar la retención de líquidos), castañas, kamut, quinoa, chufa, coco o calabaza.
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En algunos casos se pone el fruto a remojar con agua, como en las de avellanas, castañas, almendras o chufa. Una vez triturados, se licuan para obtener la bebida. En otros, se utilizan las semillas, como en las bebidas de alpiste, soja, calabaza o arroz. De la familia de los cereales encontramos las bebidas de quinoa, espelta, kamut y avena. En estos tipos de leches hay que mirar bien el etiquetado del producto porque pueden contener gluten, por lo que no estarían indicadas para celíacos. Mención aparte merece la de coco, ya que se extrae de la ralladura del fruto. A todas ellas se les puede echar azúcar de caña o miel para endulzar.
Aunque ya hemos comentado que estas bebidas tienen unos aportes nutricionales semejantes, lo cierto es que, en función de las características y propiedades del fruto o de la semilla de la que se obtienen, poseen ciertas peculiaridades que las hacen beneficiosas para la salud en función de la época del año, de nuestra situación personal o anímica, etc…
Por ejemplo, la bebida de avellanas tiene hidratos de carbono, por lo que es ideal para jóvenes y deportistas o personas que tienen astenia. También cuenta con un contenido alto en ácido fólico, por lo que estaría indicada para mujeres embarazadas. La de castañas es una buena fuente de energía y tiene bastante vitamina C, así que resulta perfecta en periodos de más frío, que es precisamente la época del año en la que se consume este producto. En situaciones de vómitos y diarreas son perfectas las leches de arroz y de almendras, aunque se pueden tomar en cualquier momento.
La bebida de semillas de calabaza ayuda a fortalecer la vista y las defensas y la de avena es beneficiosa para el sistema nervioso, por lo que está indicada para momentos de gran actividad mental, ansiedad, estrés o insomnio. La de chufa, más conocida como horchata, es rica en ácido oleico Omega 9 y la de quinoa ayuda a reducir el “colesterol malo”.
La espelta ya era recomendada en el siglo XII por la abadesa germana Hildegarda de Bingen en su libro Liber simplicis Medicinae como el cereal que provee “a quien la come de todos los nutrientes para tener una óptima salud y aporta una mente feliz. No importa cómo se tome, ya sea como pan o en otra manera, porque es buena y fácil de digerir”. Tiene triptófano, un aminoácido que está relacionado con el buen humor, por lo que si estamos decaídos o desmotivados sería nuestra mejor opción.
En definitiva, el reino vegetal nos ofrece una gran variedad de alternativas para incorporar en nuestra dieta una forma diferente y saludable de empezar el día.