¿Melena sin vida? ¡El Protocolo Coco loco es tu solución! Si tu cabello está fosco y triste, si a pesar de haber dejado las siliconas y hecho la transición a un champú bio perfectamente el cuero cabelludo te pica, se te descama y tienes ganas de volver a los champús de toda la vida ¡stop! dale una oportunidad a nuestro protocolo coco loco.
Este protocolo es tan sencillo como sorprendente, ya que es un simple tratamiento del cabello con aceite de coco virgen extra ecológico. Y como está tan de moda lo puedes encontrar en casi todos los supermercados.
Pero antes, debes haber hecho la transición a un champú bio de forma correcta. Si no, también puedes hacer el protocolo, pero no durará mucho sus efectos si después vuelves a una rutina de cabello repleta de siliconas…
Y después de haber hecho la transición, si lo tuyo son champús sólidos, puedes leer nuestras recomendaciones para elegir el mejor…
Preparativos para el Protocolo Coco loco
Lo primero que tienes que hacer es iniciar el protocolo en fin de semana, por si los resultados no son los esperados y para que te des tiempo a coger el ‘tempo’ del ritual.
El aceite de coco tiene un punto de solidificación de 25ºC, por lo que si haces el protocolo en verano el aceite estará líquido, mientras que si lo haces cuando las temperaturas sean inferiores a 25ºC estará sólido y deberás calentarlo al baño maría para poder hacer el protocolo.
Este protocolo es especialmente importante si tienes alguna dolencia dermatológica, como dermatitis seborréica, rosácea, acné… ya que el aceite de coco tiene grandes propiedades antiinflamatorias debido al ácido láurico de su composición.
Tanto es así, que diversos estudios han testado el efecto de su aplicación tópica en niños y niñas con dermatitis atópica, midiendo varios factores como la pérdida de agua transepidérmica y la recuperación de la piel en atopías leves a moderadas, arrojando resultados esclarecedores sobre las ventajas del aceite de coco para tratar la piel atópica frente a las vaselinas y aceites minerales, componentes principales de los aceites para bebés y cremas del mercado destinadas a pieles atópicas infantiles.
Pero es más.
Otro estudio realizado con bebés prematuros (30 semanas de gestación), demostró la propiedades de este aceite para mantener la barrera cutánea, dado que los bebés prematuros tienen una deficiente barrera cutánea, por lo que son más propensos a padecer infecciones (y eso en el ámbito hospitalario es muy importante) y a tener una mayor pérdida de agua. Este estudio demostró la viabilidad del uso del aceite de coco virgen para cuidar la piel de los pequeños y reconsituir la barrera cutánea, mientras que los bebés a los que no se les aplicó el aceite mostraron un empeoramiento de su estrato córneo.
Esto es por la particular composición del aceite de coco, compuesto en un 49% de ácido láurico. Este ácido que compone el aceite de coco tiene, a su vez, un monoglicérido llamado monolaurina o monolaurato de glicerol, con altas propiedades antimicrobianas, ya que es capaz de desintegrar la membrana lipídica de las bacterias con revestimiento graso, como es el caso de la bacteria causante del acné, Propionibacterium acnes, del Staphylococcus aureus, y del Staphylococcus epidermidis, perfilándose como un tratamiento complementario importante en el caso de bacterias resistentes a los antibióticos.
Además de esto, tiene actividad bactericida contra Pseudomonas aeruginosa (una de las bacterias más comunes en el suelo y en áreas húmedas como las de los lavabos, fregados o piscinas no cloradas, con una incidencia especialmente importante en enfermos inmunodeprimidos, como personas con SIDA, cáncer o transplantadas). También ha demostrado actividad contra la famosa Escherichia coli, una bacteria que vive en nuestra piel pero que en barreras dañadas puede acceder fácilmente al organismo y causar infecciones, y otras dolencias más graves. Otra bacteria Gram-negativa contra la que actúa el aceite de coco es la Proteus vulgaris.
Diversos estudios muestran que la monolaurina tiene actividad antiviral y antifúngica, por no hablar de sus propiedades protectoras frente al daño de los rayos ultravioleta.
Protocolo coco loco
Para una melena por los hombros necesitarás 50ml de aceite. Lo ideal, sea verano o invierno, es aplicarlo tibio, ya que la cabeza es uno de los órganos que más influyen en la regulación térmica, y si pones el aceite demasiado frío puedes resfriarte, incluso en verano.
- Una vez tengas el aceite tibio lo vas aplicando en el cuero cabelludo poco a poco hasta que quede bien untado, pero sin chorrear.
- Luego vas bajando hasta cubrir todo el cabello. Ha de quedar como una mascarilla, no como si te hubieras puesto el cabello en un barreño de aceite.
- Ahora, envuelve la cabeza en una toalla vieja y déjalo actuar como mínimo dos horas. Si puedes duerme con la toalla envuelta en la cabeza y déjalo toda la noche o durante el día durante el máximo tiempo posible.
- Cuando haya transcurrido el tiempo deseado lava tu cabello con un champú sin siliconas (esto es muy importante) y si es un champú ecológico mucho mejor. Eso sí, tendrás que lavarlo varias veces para retirar el aceite de forma efectiva y enjuagar con abundante agua calentita para eliminar el aceite de forma correcta.
- Ahora sólo te queda secar el pelo y contemplar su cuerpo, brillo y fuerza ¡y el cuero cabelludo ya no tiene caspa!
Si al secar el pelo, este queda pegado o grasiento es que no has retirado bien el aceite.
Lo mejor de este tratamiento es que lo puedes usar cuantas veces quieras. Lo ideal es hacerlo cada quince días. Si vas a tener un evento hazlo dos días antes del mismo, verás cómo se elimina el frió y tu melena queda perfectamente definida.
Si tu cabello es rizado le devolverá la vida a tus ondas con un cabello brillante y rizos perfectos.
Y si tu cuero cabelludo sufre notarás como poco a poco los picores son menos intensos.
¡Eso es todo!
Anda cuéntanos si tu ya has hecho el Protocolo Coco loco y cómo te ha ido…