Si leíste nuestro artículo anterior, te contábamos un poco sobre la cosmética con tóxicos que se vinculan, de forma directa, con el cáncer de mama, sobre todo aquel que es hormona dependiente.
Hoy, además de seguir hablando de los tóxicos, os vamos a contar cómo está la situación en Europa respecto a los parabenos y otros ingredientes tóxicos que inciden, principalmente, en el cáncer de mama.
No cabe la menor duda de que Europa es el continente con las mayores garantías sanitarias del mundo, pero cuando hablamos de tóxicos el bote hace aguas por todas partes.
Os lo explicamos para que no entréis en pánico.
El viejo continente estableció en 2008 el principio de precaución, un sabio principio muy acorde con los tiempos actuales que trata de proteger a los ciudadanos y el medio ambiente frente a las amenazas que las sustancias químicas puedan provocar.
«Ante la amenaza de daños (considerados suficientemente serios) al medio ambiente o a la salud humana no es necesario esperar a alcanzar una certidumbre científica completa para tomar las debidas medidas protectoras. A menudo no es solo que no sea necesario esperar, sino que es ineludible actuar antes de contar con esa evidencia científica «incuestionable» (que, por lo demás, en rigor nunca se alcanzará)».
Esto es importantísimo, porque cada día se registran decenas de nuevas sustancias químicas de las cuales «Del 99% no tenemos suficiente información sobre sus efectos, usos y cómo tienen que ser manejadas para ser seguras», en palabras del mismísimo REACH de la Unión Europea, que no se caracteriza precisamente por ser un órgano alarmista.
El REACH continua diciendo que de todos los químicos producidos en grandes volúmenes, y por tanto muy presentes en nuestras vidas, solo el 3% han sido evaluados. ¿Tu volarías en una aerolínea que sólo revisara el 3% de sus aviones? ¿Irías a un hospital que solo curara al 3% de los pacientes? ¿Comerías en un restaurante del que solo el 3% de los clientes estuvieran satisfechos? Entonces ¿por qué he de convivir con tóxicos de los que sólo se ha evaluado el 3%?
Y no solo eso, según los datos de la Unión Europea en 2017 se consumieron en la UE más de 288 millones de toneladas de químicos catalogados como tóxicos. Si los pusiéramos en piscinas olímpicas una tras otra podríamos ir nadando desde Finisterre a Ottawa. Y eso sólo con lo que consumimos en 1 año en la UE. ¿Dónde crees que acaban esos tóxicos? ¿O crees que es como jugar al cucu-tras que si no los ves no están?
Pues bien, viendo este principio de precaución y la gran preocupación que hay en la UE por los tóxicos, sobre todo los que tienen una acción hormonal, cabría esperar que se hubieran tomado medidas de protección, ¿no?
Pues no…
Muchos estudios, mucha preocupación pero poca acción, tal y como demuestra este reciente estudio en el que se analizan todos los disruptores endocrinos y que da cuenta lo sumamente preocupante que es la situación pero acciones, lo que se dice acciones, eso ya…
El principio de precaución es papel mojado cuando se trata de prevenir y siempre se cede a las presiones de los lobbies.
Porque el principio de precaución establece que a pesar de que todas las relaciones no se hayan establecido en su totalidad, el peso de la prueba no recae en los gobiernos o los ciudadanos, sino que este principio recoge que es la empresa que fabrica ese compuesto la que tiene que demostrar que es inocuo, y no al revés, como sucede ahora, que somos los ciudadanos los que tenemos que probar que algo es dañino para que se considere su prohibición, y la forma de demostrarlo es enfermando y muriendo. Y ni con esas…
Papel chopado.
Y lo que ocurre con los parabenos, ocurre con el clorhidrato de aluminio y la piedra de alumbre. Sí, la piedra de alumbre es aluminio y aunque hemos leído en muchas ocasiones que la molécula es más grande y no traspasa la piel, el científico y experto en aluminio Christopher Exley, profesor de química inorgánica de la Universidad de Keele en Reino Unido e integrante del grupo de investigación sobre siliconas y aluminio, nos lo confirmó en persona hace unos meses (y le preguntamos varias veces rollo ‘no, quizá no me has entendido, ¿en serio, de verdad de la verdadera que es tóxica la piedra de alumbre, me lo juras por Snoopy?’).
Y, otra vez la doctora Darbre vuelve a entrar en escena, ya que mediante un estudio sobre el aluminio publicado en 2015, se resalta que el aluminio no solo causa daño en el ADN, sino que, además, impide que los mecanismos de reparación de nuestro cuerpo funcionen de forma adecuada.
Y cada vez son más los estudios que vinculan el aluminio en cualquiera de sus formas con el cáncer de mama. Porque, curiosamente, los cánceres que más se han incrementado son los que se producen en el cuadrante superior externo, justamente donde nos aplicamos el desodorante y donde están los centros linfáticos.
Así lo muestra el estudio de la doctora Darbre en Reino Unido, donde este tipo de cánceres crecieron un ritmo medio del 0,75 anual pasando de un 38,3 en el año 1980 a un 54,7 en 2001, relacionándose directamente con el uso de antitranspirantes.
Así, Darbre en este estudio se concluye que «la exposición a sales antiperspirantes a base de aluminio también puede reducir los niveles de estos componentes clave de la reparación del ADN en las células epiteliales del seno. El aluminio puede no sólo dañar el ADN sino también comprometer los sistemas de reparación del ADN, entonces existe la posibilidad de que el Aluminio tenga un impacto en la carcinogénesis de los senos«.
En otro estudio sobre el clorhidrato de aluminio y sus sales (y la piedra de alumbre está entre ellas) afirma que «El aluminio (Al) se ha medido en el tejido mamario humano y puede ser un factor que contribuya al desarrollo del cáncer de mama. En la 10ª reunión de Keele, informamos que la exposición a largo plazo a la Aluminio podría aumentar las propiedades migratorias de las células humanas de cáncer de mama MCF-7 sensibles al estrógeno, lo que sugiere un papel del Aluminio en el proceso metastásico.
Ahora informamos que la exposición a largo plazo (20-25 semanas) a cloruro de Aluminio o clorohidrato de Aluminio a concentraciones de 10(-4) M o 10(-5) M también puede aumentar la migración de las células humanas de cáncer de mama MDA-MB-231 que no responden al estrógeno, según se midió usando microscopía de lapso de tiempo y tecnología xCELLigence.
Paralelamente, se descubrió que la exposición a Aluminio daba lugar a un aumento de la secreción de metaloproteinasa de matriz activa MMP9, medida por zimografía, y a un aumento de los niveles intracelulares de MMP14 activado, medido por inmunotransferencia occidental.
Resumiendo, estos resultados demuestran que el Aluminio puede aumentar la migración de las células humanas de cáncer de mama, independientemente de su capacidad de respuesta al estrógeno, e implica alteraciones de las MMP como un mecanismo potencial digno de estudio adicional».
En 2018 un estudio griego no solo corroboraba las tesis de la doctora Darbre, sino que concluyó que el clorhidrato de aluminio tiene una potencial acción de interferencia con el receptor de estrógenos en las células de cáncer de mama.
Y no solo eso, diversas autoridades, como el gobierno suizo, se están planteando la prohibición de los antitranspirantes gracias a este estudio en el que se afirma que los antitranspirantes podrían estar detrás de los cánceres de mama, ya que promueve la tumogénesis y la metástasis en glándulas mamarias normales y células epiteliales, similares conclusiones a las que llegó la doctora Darbre.
Por eso, si tu desodorante evita que sudes durante 24 horas, le estás haciendo un flaco favor a tu cuerpo…
La lástima es que todos los enlaces, todos los estudios, todos los datos que os hemos expuesto no los conoce tu médico cabecera, ni tu dermatólogo, ni tu ginecólogo. Lamentablemente siquiera los oncólogos los conocen, por eso las conferencias de personas como Nicolás Olea terminan siendo la bandera de quienes defendemos que un mundo sin tóxicos es posible.
Porque visto desde la distancia rosa, el cáncer casi mola. Botellas de agua rosa, cremas de súper lujo con ‘charms’ de lacitos, carreras de apoyo, famosas visibilizando su pelo rapado para darte ánimos, anuncios llenos de luz y de buen rollo. Si te ha tocado un cáncer que no está lleno de lazos rosas, si el tuyo es de carne y hueso, está lleno de silencio, lágrimas con mocos, impotencia, rabia y una gama de colores que va del marrón de mierda al negro más aterrador, te jodes.
Porque en esta sociedad hipócrita el cáncer ya no es un tabú. Pero no nos vengamos arriba. El cáncer buenrrollista no es un tabú. El tuyo y el mío, el de los días de terror y llantos, el de la impotencia y la rabia, el de cagarse en un carguero lleno de cepillos de dientes y en cada pelo un Dios, ese no mola. Ese te lo guardas para ti.
Nosotras te invitamos a que no te guardes nada, a que investigues y saques tus propias conclusiones.