El jabón de Alepo es uno de los jabones más antiguos del mundo, a pesar de que solo hace unas décadas haya aterrizado en occidente. Dicen que su fórmula tiene más de 2000 años y solo un ingrediente dista de nuestro jabón de Castilla que es, precisamente, el que le da el toque mágico: el aceite de laurel.
Porque este jabón cuenta solo con cuatro ingredientes: aceite de oliva, aceite de bayas de laurel, sosa cáustica (que desaparece tras el proceso de saponificación) y agua. Nada más.
Y precisamente es ese ingrediente extra el que le confiere las propiedades que tiene para las pieles delicadas, con dermatitis, rosácea, eccema… Sin embargo, su potencia hace que tengamos que ir usándolo de forma progresiva.
Así, el jabón de Alepo de la marca Zhenobya, que en España la distribuye Levantina de Orgánicos, tiene varias concentraciones de aceite de Alepo: 6%, 12%, 25% y 40% respecto a la presencia de aceite de oliva virgen extra ecológico que posee.
El más efectivo es el de la proporción más alta, pero no por ello significa que sea el ideal para tu piel. Por eso para empezar a tratar pieles delicadas lo mejor es empezar siempre por el menos concentrado.
El aroma de estos jabones es muy peculiar y algo fuerte, ya que las bayas de laurel son muy aromáticas, pero en la piel dañada son todo suavidad.
Este jabón es perfecto par eliminar descamaciones, rebajar rojeces, calmar pieles dañadas tras el afeitado, es eficaz contra la cándida y posee grandes propiedades antimicrobianas… Sirve para rostro, pelo y cuerpo.
Para rostro empezaremos a usar el de la concentración al 6%, humedeceremos las manos y las pasaremos suavemente por el jabón llevando muy poca cantidad del mismo. Conforme veamos la respuesta de la piel iremos aplicando más jabón al rostro. Si queremos pasar al siguiente jabón haremos el mismo proceso, empezando por poco jabón entre las manos para que la piel se vaya adaptando.
Al igual que con los jabones de Castilla, podemos notar la piel un poco tirante, por eso tras lavar la cara debemos usar un tónico que equilibre el Ph (o sea, que sea un pelín ácido) o poner un aceite o crema en el rostro adecuado a nuestras necesidades.
Para lavar el cuerpo haremos lo mismo, sobre todo en el caso de dermatitis. Si las afecciones dermatológicas solo son en el rostro, podemos ducharnos tranquilamente con él como con un jabón en pastilla más.
Su generoso tamaño hace que este producto tenga una larguísima duración.
Jabón de Alepo para los cueros cabelludos que sufren
Con respecto al cabello, el uso será algo diferente. Al tratarse de un jabón y no de un champú sólido (os dejamos nuestro artículo al respecto para que conozcáis las diferencias entre unos y otros), nuestro cabello requiere de un tratamiento especial que os comentamos a continuación.
Este ‘protocolo’ es para personas con el cuero cabelludo con descamaciones, caspa, irritación y picor. Este jabón elimina de forma efectiva la caspa y las pielecitas y calma el cuero cabelludo.
- Humedecemos el cabello y aplicamos el jabón necesario en el cuero cabelludo.
- Frotamos muy suavemente hasta que haga espuma (hace poca espuma, simplemente tienes que notar que el cabello ya no pide más champú). Si lo deseas da una segunda enjabonada incidiendo en un masaje por el cuero cabelludo para que el jabón penetre bien.
- Enjuagamos abundantemente. Si vives en una zona de aguas blandas, este paso es súper importante, de lo contrario el cabello te quedará como pegado y parecerá que tienes caspa. Si el agua de tu zona es dura te será más fácil notar cuándo el cabello está enjuagado de verdad.
- Ahora sólo te queda incrementar el Ph de la piel con un enjuagado de agua y vinagre (sí, como se hacía antiguamente). Notarás enseguida como la textura del cabello cambia, de estar áspero a suave. Esto es porque el Ph ácido del vinagre hace que la cutícula capilar se selle, recuperando el brillo y la suavidad.
Si no tienes experiencia con el uso de jabones sólidos para el cabello, te recomendamos que este lavado lo hagas en fin de semana, ya que cada persona es un mundo y no a todo el mundo le queda bien el cabello. Lo importante en este caso no es que te quede un pelo de cine, sino calmar y curar el cuero cabelludo. Otra opción es usar este jabón primero y luego utilizar tu champú habitual. Eso si, tendrás que hacer el tratamiento completo: champú+agua con vinagre+ tu champú habitual ecológico.
Nos encanta cómo deja la piel este jabón y para el afeitado ¡es brutal! ya que tiene una gran capacidad antiséptica (de hecho su olor nos recuerda a los desinfectantes) y ayuda a cicatrizar la piel y a que las pequeñas heridas que se puedan hacer durante el afeitado no se infecten.
Jabón de Alepo para la piel atópica del bebé (y del resto de familia)
También es perfecto para usarlo en bebés con la piel atópica, pero en este caso usaremos el más suave y solo en el caso de baños corporales, ya que, como cualquier jabón en pastilla, si entra en los ojos escuece por su alcalinidad.
Un dueto perfecto es hacer un baño de copos de avena y jabón de Alepo Zhenobya.
Estos copos de avena los venden en farmacias y cuestan un ojo de la cara, pero nosotras te decimos cómo hacerlo por muy poco dinero.
- Compramos copos de avena ecológicos de cualquier supermercado bio.
- Cogemos una muselina o paño de algodón (si es ecológico mucho mejor) de unos 25x25cm.
- Ponemos un par de cucharadas de avena en el centro y lo cerramos con un nudo o una goma para que el interior no salga. Ponemos el paño en el agua mientras llenamos la bañerita para que se vaya deshaciendo.
- Lavamos al bebé usando la muselina como una esponja y aplicando un poquito de jabón de Alepo.
- De vez en cuando estrujamos en el agua la muselina para que suelte la avena. Verás que suelta como una gelatina blanca, aplícala por el cuerpo del peque.
- También lo puedes hacer moliendo los copos en la Thermomix o similar hasta que queden como un polvillo y agregarlos directamente al agua.
Ten en cuenta que muchos de estos copos de avena contienen gluten, pero los hay sin gluten para peques celíacos o bebés que aún no toman gluten. A pesar de que la absorción por vía interna es diferente de la externa (por eso hay gente con alergia a las almendras que tolera el aceite de almendras en la piel), para los bebés mejor extremar precauciones y elegir uno sin gluten, que no nos cuesta nada 😉
En Orgànics Magazine nos gusta hablar de marcas españolas de km0, porque ellas son lo más sostenible que podemos encontrar, porque usan ingredientes cercanos y su huella en la naturaleza es menor.
Pero otro de los lados del mundo bio es el comercio justo y la ayuda a empresas pequeñas de países en vías de desarrollo que suponen no solo un sustento familiar digno, sino un sustento medioambiental al convertir la naturaleza en un tesoro para su subsistencia.
Pues con Zhenobya vamos un paso más allá. Ya que esta es una de las pocas empresas (por no decir la única) que todavía fabrica jabones de Alepo en esta región de Siria, país devastado por la guerra, mientas que muchas de las fábricas de esta región han cerrados sus puertas y se han instalado en otras zonas alejadas de la contienda.
Quizá sus jabones tengan que viajar mucho para llegar a nuestras manos, pero para Orgànics Magazine el viaje que estos jabones emprenden es miles de veces mejor que el que emprenden aquellos a quienes la guerra y el hambre les ha arrebatado su hogar, su país y su futuro.
Historias como estas son las que nos hacen estremecer y le aportan un extra a las pequeñas marcas bio que os presentamos en Orgànics Magazine.