Después de muchos años trabajando y aprendiendo en unas bodegas y otras, y dando clases en la Universidad y conferencias, Juan Carlos Sancha, Doctor en Viticultura y Enología, vuelve a su pueblo natal, Baños del Río Tobía en La Rioja y empieza a hacerse cargo de 5,5 hectáreas de viñas viejas, algunas de más de 90 años, heredadas de su abuelo. Estas viñas pertenecientes a la DOCa Rioja, están situadas en la parte más alta y fría de esta DO, con influencia atlántica y gran amplitud térmica en las etapas finales de maduración que hacen que sus uvas maduren lentamente, con más aromas y de mejor calidad obteniendo así vinos más elegantes.
Como profesor e investigador de la Universidad de la Rioja, y recién graduado Doctor con una Tesis sobre experiencias innovadoras en la viticultura, Juan Carlos ha recuperado antiguas y ya casi extintas variedades de uva de la DOCa Rioja como la Maturana Blanca o Tinta, la Monastel… y ha conseguido multiplicar el Tempranillo Blanco, una mutación que apareció a finales de los años 80 del siglo pasado en un sarmiento de una cepa vieja de Tempranillo Tinto en Murillo de Río Leza, La Rioja (todas las pocas cepas de Tempranillo Blanco que hay en el mundo son hijas de esta planta).[adicional text=»En su proyecto de bodega, Juan Carlos Sancha practica la viticultura ecológica, la única manera de obtener vinos fieles a su terroir, respetuosos con el medioambiente y que son saludables para quien los bebe.»]
En su proyecto de bodega familiar, Juan Carlos Sancha practica la viticultura ecológica, la única manera de obtener vinos fieles a su terroir, respetuosos con el medioambiente y que son saludables para quien los bebe. En sus tierras no se utilizan, claro está, plaguicidas, herbicidas ni fertilizantes químicos. Para conseguir unas vides sanas, base de cualquier buen vino, se controla muy bien el crecimiento adecuado y orgánico de las vides, unas vides fuertes crean resistencia a enfermedades y tras años de experiencia se han dado cuenta que una mínima intervención preservando la pureza de todas las etapas fisiológicas de la vid y posteriormente en bodega, dan lugar a vinos excelentes. Vendimia manual para mimar la cepa y en cajas pequeñas de unos 15 kg para mimar las uvas antes de llegar a bodega.
El vino ecológico catado es un vino blanco, Ad Libitum (a placer) 2015 100% Tempranillo Blanco con siete meses de crianza sobre sus lías (los restos de las levaduras) en depósitos de acero inoxidable y con 13ºA.
Color amarillo pálido con ligeros ribetes verdosos, limpio, brillante, con lágrimas de glicerina. Con aromas frescos a manzana, kiwi-piña, en olfato apenas se notan los meses en lías (para mí en un blanco esto son puntos a favor), flores blancas. En boca buena acidez, fresco y aquí afortunadamente se nota la crianza sobre lías que le dan untuosidad, post gusto largo (muchas caudalias, como técnicamente se mide, una caudalia equivale a un segundo de permanencia de un sabor en boca)
La crianza sobre lías da un vino blanco algo más complejo, ideal para aquellos que buscan un blanco diferente, aparte de lo rarísimo de su variedad, pero sin madera. Por su frescura sirve tanto para tomar una copa o para acompañar algún plato ligero como ensalada de pasta, mariscos o de ave. Nosotras lo maridamos con pollo de corral a la brasa y fue todo un acierto.
El precio de este vino presentado en una botella tipo borgoña de color ambar oscuro, parece negra, y del que solo se producen unas 6.000 botellas al año es de unos 10-12 €