En el anterior post del especial sobre piel atópica, os hablábamos de los sulfatos presentes en nuestros jabones y los derivados del petróleo presentes en todo lo que tocamos, miramos, olemos y comemos pero, más concretamente, en casi todos los productos de cosmética tradicional. En este post trataremos otros componentes peligrosos y que se utilizan mucho en productos destinados a pieles atópicas.
Los conservantes: los más dañinos incluso a bajas concentraciones
La Asociación Española de Dermatología y Venereología aconseja que se usen cosméticos con el menor número de conservantes. En este punto es donde os remito a mis post sobre parabenos, pero os los resumo. En los últimos años ha habido mucha polémica sobre parabenos sí o no. Pues bien: parabenos NO. Por dos razones: una por ser precursores de la dermatitis de contacto alérgica y otra por ser disruptores endocrinos. En el primer caso, la misma AEDV insiste en que las pruebas realizadas con parabenos daban positivo en test de sensibilización sobre todo en pacientes mayores con la barrera cutánea ya muy debilitada. Creo que de todas las enfermedades cutáneas, la dermatitis atópica es una de las que más se caracteriza por dejar una barrera cutánea como un colador. Si a esto le unimos el hecho de que son probados disruptores endocrinos y que esa barrera cutánea es una puerta abierta para contaminantes, podemos entender la necesidad de eliminar los productos con parabenos de nuestro cuarto de baño. Ni geles, champús, cremas, serums, lociones, maquillajes. Nada, aunque casi todo lo lleve.
Pero como los parabenos tienen tan mala prensa, en los últimos años ha aparecido otro conservante para sustituirlo y muchos productos lucen etiquetas paraben free conteniendo este otro conservante poco inocuo: el Fenoxietanol o phenoxyethanol, un éter de glicol que se emplea por su poder bactericida y que incluso algunas marcas de cosmética natural utiliza. El peligro radica en que al metabolizar este ingrediente se descompone en acetaldehido y fenol. El primero es cancerígeno y el segundo es capaz de inhibir la respuesta inmunitaria natural. La EWG lo califica de cancerígeno. La FDA (Food and Drug Estadounidense) lanzó una advertencia en 2008 desaconsejando el uso de una crema para tratar las grietas del pezón que contuvieran fenoxietanol, y la Agencia Francesa de Salud aconseja la reducción del umbral de seguridad del 1% actual al 0,4% como máximo. Lo mismo que en los otros casos. Si tenemos una barrera cutánea dañada y le ponemos ingredientes cancerígenos que pueden entrar al torrente sanguíneo con más facilidad que en una piel sana, y le añadimos un ingrediente que inhibe la respuesta inmunitaria, tenemos el caldo de cultivo idóneo para un amplio catálogo de enfermedades (A pesar de que algunos de los medicamentos que se usan para tratar la atopía llevan inhibidores del sistema inmunológico, pero si empiezo a hablar de medicamentos y farmacéuticas)…
Ya hablé del Methylisothiazolinone en el post dedicado al maquillaje, pero os vuelvo a contar lo que puse en aquel, ya que este es otro de los conservantes que se esconde tras el paraben free y que está presente sobre todo en cremas para el cuerpo y cabello. Es un importantísimo alérgeno y está incluido dentro de la lista de sustancias prohibidas y limitadas en Canadá dado el altísimo número de reacciones que está habiendo en los últimos años a este ingrediente.
Imidiazolidinyl Urea (y todas las palabras compuestas con Urea), Quaternium-15, y DM Hydantoin (y todos los ingredientes con DM o DMDM delante). Son otros de los conservantes más utilizados en cosmética (Como veréis la frase paraben free cada vez está más exenta de sentido, porque conlleva la sustitución de éstos por conservantes tan dañinos como los parabenos). Por supuesto son derivados del petróleo (no confundir con la Urea a secas que es un ingrediente natural que se utiliza mucho en cremas para dermatitis atópica por su capacidad de hidratación y por su acción bactericida). No, estos dos son liberadores de formaldehído, un ingrediente prohibido en los cosméticos de la UE excepto en algunos productos como los endurecedores de uñas. Este ingrediente está calificado dentro del Grupo I como carcinógeno para humanos por la International Agency for Research on Cancer -página 430- por ser un potente irritante de las vías aéreas y de la piel, causando múltiples dolencias entre las que se encuentran dolores de cabeza, de pecho, infecciones de oído, alergias, fatiga crónica, depresión del sistema inmune, alteraciones del sueño y cáncer, entre otras. Nunca entenderé como determinados ingredientes están prohibidos y otros, que pueden liberar los mismos componentes, no lo están. Es como jugar a la ruleta rusa…
Perfumes y colorantes: el precio de unos cosméticos para comérselos
Perfume y alérgenos presentes en aceites esenciales. Seguramente si habéis comprado alguna vez productos naturales y ecológicos os habrá llamado la atención que determinados compuestos como el geraniol, limonene, linalool, citral, farnesol o citronellol llevan un asterisco y al final del INCI pone: se dan de forma natural en los aceites esenciales. Pues bien, esto es por una exigencia legal porque esos compuestos son conocidos alérgenos y debe especificarse en el envase (igual que en muchos alimentos pone puede contener trazas de frutos secos). También se usan como perfume en otros muchos cosméticos, de ahí que para las personas con dermatitis atópica se hagan fórmulas sin aroma añadido para minorar las reacciones de estas pieles. Las personas que, además, se les ocurra mirar en la EWG estos componentes seguramente se llevarán un susto de muerte al ver que el geraniol está calificado con un 7. Eso es porque la EWG califica según el porcentaje riesgo y la documentación existente al respecto, independientemente del tipo de riesgo. Por eso a veces algunos ingredientes susceptibles de ser cancerígenos tienen menos peligro que el geraniol que es un alérgeno.
Por la misma regla de tres los aceites esenciales que puedan llevar estos compuestos no deberían aplicarse en pieles atópicas… (ni en embarazadas ni en mujeres lactantes…).
Peores son los perfumes de sintéticos. Antes del siglo XX las fragancias se hacían con ingredientes naturales pero, tras la Segunda Guerra Mundial, se produjo una revolución química y las fragancias sintéticas sustituyeron a las naturales. Lo malo es que ahí se esconden hasta 4.000 sustancias de las que los empresarios no tienen que dar cuentas (por temas de secreto industrial que, como es lógico, prevalece ante los derechos de los ciudadanos). Agentes irritantes, como el bronnocinamal, cancerígenos y enfermedades hormonales, neurodegenerativas o asma entre otros muchos males se esconden tras las bellas palabras Parfum/fragance. ¿Lo mejor? cremas en las que se indique expresamente ‘fragance free’ o ‘sin fragancia’. Que no quiere decir que no huela a nada, sino que no se le ha añadido fragancia y lo que ocurre es que suelen oler peor que otros productos y por eso nos gusta menos ponerlos en nuestra piel.
Y al hablar de los perfumes necesariamente hemos de hablar del alcohol. Es uno de los ingredientes fundamentales en las formulaciones cosméticas. Muchísimos productos, incluso los formulados para pieles sensibles, de bebés o atópicas contienen alcohol. Hay muchos tipos de alcohol y unos son mejores que otros. El llamado cetearyl alcohol es un alcohol graso (extraído mediante un proceso de hidrogenación de los triglicéridos vegetales). No es irritante ni reseca la piel y se usa, principalmente, como emulsionante y emoliente.
Otros alcoholes como el alcohol denatured (alcohol denat en el INCI), el ethanol, el benzyl alcohol o el Isopropyl alcohol son algo más problemáticos, ya que estos sí son irritantes y deshidratantes y el ethanol según diversos estudios podría ser catalogado como ingrediente CRM (carcinógeno, mutagénico y tóxico para la reproducción humana), por lo que sería prohibido directamente en todos los cosméticos de la UE. En la actualidad el alcohol se usa como disolvente, como conservante y para añadir frescura en tónicos, lociones anti acné, productos post afeitado, y colutorios orales, principalmente, además de, por supuesto, en todos los perfumes y colonias en cantidades nada despreciables.
De las miles de sustancias que se utilizan para componer nuestros cosméticos, y las más de cincuenta diferentes que nos ponemos en la piel antes de salir de casa, estas son sólo algunas de ellas ya que yo sólo he hablado de las que están relacionadas con la irritación cutánea, la deshidratación o que pueden producir asma y alergias, todas estas dolencias íntimamente ligadas a la dermatitis atópica. Pero hay cientos de sustancias que no deberían ponerse en estas pieles ni en ningunas, pero esta serie de post están dedicadas sólo a los componentes más dañinos para las pieles atópicas.
Y fuera del tocador ¿qué?
De poco sirve usar un gel ecológico y sin agentes irritantes para cuidar la piel de nuestros hijos con dermatitis atópica si luego usamos detergentes para la ropa agresivos, revoluciones rosas, suavizantes cuyo aroma en forma de perlas se mantiene durante días y mil productos para la limpieza del hogar que contienen sustancias dañinas ¿O sois de las que usáis un sólo producto para todas las superficies? Yo no. Yo tengo mil cien productos (sprays prelavado, para el baño, para la madera, para la tapicería, para los cristales, para las grasas de la cocina, para los suelos, para el aluminio, para…). Productos que, poco a poco, voy sustituyendo por otros Bio y por las fórmulas de la abuela: bicarbonato, agua y vinagre para casi todo. Porque ¿sabíais que los productos más perjudiciales son los sprays porque son inhalados y no solemos aplicarlos con guantes ni con mascarillas? Pues yo tampoco hasta hace nada…, podéis ver los niveles en la página 144 de este documento. Y eso sólo hablando de los Polietilenglicoles, no del resto de ingredientes (como los surfactantes aniónicos tipo SLES) y otros ingredientes químicos altamente tóxicos.
Para saber más sobre la Dermatits atópica:
http://www.fondation-dermatite-atopique.org/es/inicio (aunque la veáis en francés está en castellano)
http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/000853.htm
http://www.uv.es/derma/CLindex/CLatopia/CLatopia.html
http://www.uv.es/=vicalegr/PTindex/dermatitis_atopica.html