La composición de un producto es una declaración de intenciones. Al menos, así lo veo yo. Y hoy te quiero hablar de unos solares para piel sensible que me han enamorado.
No son los más transparentes del mundo.
Ni los más ligeros.
Pero su INCI es una canción de amor a nuestra piel, a nuestro organismo.
Cuando se hace una fórmula cosmética se puede usar ingredientes ‘de base’ que se encuentren en la parte alta del INCI y que no aportan nada especial a la piel (en el caso de la cosmética convencional tendríamos las siliconas, los aceites minerales, los acrilatos…) y en el caso de la cosmética bio tenemos los caprilatos, los triglicéridos, los poligliceriles… Nada malo estos últimos, pero dan consistencia, emulsionan pero no aportan ‘chicha’ a la piel.
Y hay una segunda manera de formular, que es aportando ingredientes activos desde el primer al último nombre del INCI, y eso es lo que hacen estos solares para piel sensible.
Aceites de karanja, de semilla de frambuesa y extracto de zanahoria (los tres más protectores contra los daños de la radiación UV, tanto la UVA como la UVB) y ricos aceites que nutren intensamente la piel como el aguacate o el coco y, en su versión facial, aceite de higo chumbo (conocido como el boto vegetal) y el ácido hialurónico.
Al final no solo se trata de proteger la piel con filtros físicos que dispersen los rayos solares, sino que se trata de aportar cosas buenas a la piel ¿por qué te vas a quedar a medias pudiendo darlo todo? Esa es la filosofía de esta marca cuyos solares tienen un mínimo del 96,7% de ingredientes ecológicos. Ahí es nada.
Si no sabes de qué marca te estamos hablando no te queda otra que seguir leyendo…
Ártica Bio, los solares para piel sensible
Empezaremos hablando de estos solares para piel sensible con el solar facial SPF30 de Ártica Bio que es muy cubriente y repleto de buenos ingredientes.
Solo con óxido de zinc como filtro solar, este aromático solar de aroma herbal (por la lavanda y la mirra) es muy mate, no deja sensación grasa pero sí mantiene la piel hidratada gracias a su ácido hialurónico.
No os voy a mentir. No es el más transparente que he probado, pero es que su composición es tan buena, tan rica, tan bien hecha que es como una obra de arte para nuestra piel.
Si tu piel es delicada, es un regalo. En ella solo hay ingredientes de altísima calidad con un 96,7% de ingredientes ecológicos certificados. Por si esto no te dice nada, puedes tener un certificado bio con solo el 20% de ingredientes certificados.
Estela, la creadora Ártica Bio, una marca de cosmética ecológica made in Spain, ha incluido grandes activos para nuestra piel, además del ácido hialúronico y el bótox vegetal del que os hablaba antes, como los aceites de frambuesa, karanja, aceite de germen de trigo, manteca de karité…
Ingredients: Pongamia Glabra Seed Oil*, Zinc Oxide, Lavandula Angustifolia Flower Water*, Rubus Idaeus Seed Oil*, Butyrospermum Parkii Butther*, Opuntia Ficus-Indica Seed Oil*, Glycerin*, Silica, Helianthus Annuus Seed Oil*, Cetearyl Alcohol, Lavandula Angustifolia Oil*, Sodium Hyaluronate, Triticum Vulgare Germ Oil*, Daucus Carota Sativa Root Extract*, Commiphora Myrrha Gum Oil*, Cetearyl Glucoside, Limonene**, Linalool**, Geraniol**.
*Ingrediente ecológico certificado. **Componente natural de aceites esenciales.
El segundo de los solares para piel sensible del que te quiero hablar es el corporal de Ártica Bio. Tiene un SPF30 pero me da a mí que protege mucho más, dada su textura y su altísimo porcentaje en aceite de karanja que figura en la primera posición del INCI. Aunque es corporal sirve tanto para cuerpo como para rostro y es ideal por su untuosidad para deportes de verano, para largas caminatas por la montaña o para deportes al aire libre, como ciclismo o deportes náuticos.
Elaborada con el 98,4% de ingredientes ecológicos certificados que es una auténtica barbaridad. Al igual que la facial no es el producto más transparente del mercado, pero queda muy bien si aplicas una hidrantante antes (te recomiendo la de aguacate de esta misma marca, es una locura que te querrás comer).
Es muy mate, no queda nada grasiento y, sin embargo, se palpa la protección gracias a sus muchos aceites y mantecas que no solo protegen la piel del sol sino que la nutren y reparan.
Ingredients: Pongamia Glabra Seed Oil*, Zinc Oxide, Rubus Idaeus Seed Oil*, Butyrospermum Parkii Butther*, Helianthus Annuus Seed Oil*, Glycerin*, Daucus Carota Sativa Root Extract*, Triticum Vulgare Germ Oil*, Prunus Amygdalus Dulcis Oil*, Silica, Cocos Nucifera Oil*, Persea Gratissima Oil*, Lavandula Angustifolia Oil*, Daucus Carota Sativa Seed Oil, Melaleuca Viridiflora Leaf Oil*, Sucruse Stearate, Aqua, Limonene**, Linalool**, Geraniol**, Citral**.
*Ingrediente ecológico certificado. **Componente natural de aceites esenciales.
Conocemos Ártica Bio desde sus inicios y seguimos de cerca las creaciones de Estela, quien pone cuerpo y alma en cada una de ellas. Y el resultado cuando se hacen las cosas bien no puede ser otro que este, que roza la excelencia por su composición.
Y tú ¿conoces los productos de Ártica Bio?