Los anteriores post me han dejado un sabor bastante amargo. Intento ser lo más Eco posible, pero reconozco que algunas marcas me han tenido atrapadas con sus cochinadas. Y no es porque me crea sus publicidades de pieles sublimes (todas esas chorradas se evaporaron cuando sobrepasé la estancada edad de las chicas de los anuncios). Tampoco es que sus maravillosos envases, desde los cucos estilo Pin Up de Benefit, hasta los lujosos de Dior o Chanel pesen más en mi decisión que lo que contienen. No es que me pirre por los maravillosos aromas de los polvos compactos de Guerlain. No. Simplemente es por variedad y cercanía. Hasta hace unos meses que empecé con este blog iba a mi herbolario habitual (el más grande de Valencia y uno de los más grandes de España, intuyo) y sólo veía las mismas colecciones de colores. Una y otra vez. Colores tierra y nude que, casualmente, son los que siempre elijo a la hora de maquillarme, pero veía esas paletas de Sleek, esos paint pot de MAC, esas sombras de KIKO… Y, sinceramente, no entendía por qué las marcas Bio eran tan sosas, tan aburridas. Sin embargo, a lo largo de estos meses he tenido la oportunidad ¡y la alegría! de conocer muchas marcas de cosmética ecológica y descubrir que su paleta, si bien nunca llegará a ser tan extensa como la de las marcas comerciales, es preciosa, con tonos irisados, nacarados, intensos… Y, respecto al tema principal de este post, ¡muchísimo mejor que cuaquier otra que haya probado jamás!
Los maquillajes ecológicos no sólo tiñen nuestra piel como la mayoría de los maquillajes tradicionales que, aunque cada vez aportan más ingredientes activos, están en tan ínfima cantidad que apenas se notan sus beneficios (a no ser que hablemos de los ingresos publicitarios en cuyo caso ¡si se notan los beneficios!), y normalmente las cantidades son tan pequeñas que suelen ir detrás de los de los parabenos (recordemos que el límite de parabenos es del 0,8% si sólo se utiliza uno y de 0,4 si se utilizan varios), pero que se anuncian en las publicidades y en los botes como si fueran el ingrediente más abundante. Por lo que respecta a la cosmética ecológica, en la mayoría de ocasiones sí está llena de ingredientes activos y aceites naturales muy beneficiosos para nuestra piel como veremos a continuación.
Por eso en este post os quiero hablar de las marcas que he ido probando y de otras que espero probar próximamente. Concretamente os voy a hablar de cinco bases y tres polvos compactos, pero las opciones son casi infinitas…
Intuitive Touch BB Cream Concealer de UNE: Esta es la primera marca Eco que probé, cuando aún había stand en El Corte Inglés. Siento decir que mi experiencia no fue muy bien. Al poco de aplicarla me empezaron a salir ronchas rojas y sentir una sensación de picor y ahogo en la piel. Me lo quité y al cabo de los días lo volvía a probar con idénticos resultados. Lo devolví y, hasta ahora, no he vuelto a probar nada de esa marca ¡y eso que me tiraba horas en el stand probando todo y leyendo sobre su filosofía! Pero he de decir que esta marca se merece otra oportunidad. El producto en cuestión está certificado por Ecocert. Con aceite de jojoba en segundo lugar del INCI, así como de semilla de girasol y soja un poco más abajo en la lista de ingredientes, además de manteca de karité, cera de abeja y carnauba. Me costó sobre unos 18 euros en ECI y ahora no sé dónde se puede comprar, la verdad. Lo cierto es que es un maquillaje muy muy natural, con tonos muy suaves que se adaptan casi a todo tipo de pieles. La BB cream en cuestión no era demasiado cubriente pero sí lo suficiente como para ocultar pequeñas imperfecciones. La cajita en la que vienen los cosméticos de esta marca es una monada y muy cómoda de llevar en el neceser.
Benecos Natürlich Schön: base de maquillaje de la marca Benecos. Es una base muy cubriente, con un delicado aroma a hierbas. Está disponible en tres colores y es muy muy mate. Su absorción es tan rápida que a veces cuesta extenderla. Al final, empecé a ponérmela con la crema recién puesta (cuando normalmente hago totalmente lo contrario), así la cara aún está jugosa y se extiende perfectamente. Otra solución es aplicarla con una esponjita húmeda, pero yo soy más de deditos…
Su INCI es más que correcto, con aceite de jojoba en segundo lugar, romero hacia mitad del INCI (quizá de ahí ese olor a monte tan rico) y extracto de Aloe Vera (casi al final del INCI). Sin conservantes artificiales, sin siliconas… Sólo ingredientes activos naturales. Tiene certificado BDIH pero una de las cosas que no me gusta es que no pone la composición en el producto. Me gusta que no lleve caja, ya que es algo destinado a ser usado a menudo y nunca los guardo en sus cajas, por lo que es un ahorro de material y energía pero sí podía (más bien debería) llevar el INCI en la parte posterior del bote.
Dicho todo esto os he de decir que me encanta esta base y además tiene un precio más que asequible. Unos nueve euros el botecito de 30ml. La estuve usando durante unas semanas pero el tono que elegí era demasiado claro para el verano (pero perfecto para el invierno), así que más tarde empecé a usar esta otra…
Soft Cream Foundation de Sante Naturkosmetic: Este producto de la marca Sante tiene un acabado muy parecido a la base de Benecos pero esta con un aroma más dulce y delicioso. Se trabaja mucho mejor que la anterior a pesar de ser muy cremosa y también queda totalmente mate. Disponible en tres tonos pero que se adaptan perfectamente a la mayoría de pieles. Desde la marca tuvieron la amabilidad de enviarme el producto para que lo probara y me mandaron el tono más oscuro de los tres. Cuando lo vi pensé que me quedaría fatal porque soy muy blanquita. Pero, aún no siendo mi tono para nada, no quedaba ese horrible efecto máscara y con poca cantidad me bastaba. Eso sí, lo he usado durante el verano cuando cojo un poquito más de color pero con esa textura tan suave se esparce perfectamente. Al principio lo mezclaba con mi crema habitual para restarle color pero al final del verano lo he lucido sin nada y me duraba perfecto todo el día. Está enriquecido con aceite de jojoba en el quinto puesto del INCI (un maravilloso aceite presente en todos los maquillajes Eco del que os tengo que hablar detenidamente), así como manteca de cupuaçu (hacia mitad del INCI) y extracto de granada, conocido por su poder regenerante. Su precio es un poco más elevado que el anterior, sobre unos 18 euros, y también lleva sello BDIH. Este producto lo he alternado con…
Fondotinta Baciamibio de Montalto: el gran descubrimiento de la temporada y, yo diría, que de mi vida. Elena Busto tuvo la amabilidad de mandarme un par de productos de esta maravillosa marca de la que me he enamorado perdidamente. Quizá sea porque el tono que me envió es clavado a mi piel pero nada más ponerlo me quedé asombrada: el tono era tan perfecto que parecía que no fuera maquillada, sino que me hubiera pasado un borrador de manchas, granitos y poros, ya que mi piel se quedó con un tono totalmente uniforme. Es la más hidratante de todas y la menos cubriente. Eso me gusta mucho ya que yo no me maquillo para que se me vea pintada, sino para disimular los cambios de tono, las ojeras, ese inoportuno granito, la manchita de turno… El aroma es muy muy parecido al de Sante e igualmente delicioso. Es dulce pero sin pasarse y no vas oliendo todo el día al maquillaje (creo que tenemos un exceso de aroma en los productos que nos aplicamos y eso embota nuestros sentidos). En su INCI entre los diez primeros ingredientes encontramos dos mantecas (karité y cupuaçu), así como dos ricos aceites (jojoba y nuez del Brasil). A pesar de dejar la cara jugosa no deja brillos, sino una piel muy natural, como si no fueras maquillada. Por supuesto, este maquillaje lleva certificado ecológico CCPB. El envase, al igual que el de Sante, es airless, mucho más higiénico que el de Benecos, y tiene un precio que está sobre los 25 euros los 30 ml, y cuenta con cuatro tonalidades. Para las noches más marchosas he probado…
Maquillaje traslúcido de Dr. Hauschka: He leído tanto de esta marca (sobre todo a MissBio) que ¡tenía que probarla! Es un pelín menos cubriente que la de Benecos pero, sin embargo, tiene un efecto que disimula los poros a la perfección, por lo que me ha venido genial para esas tardes-noche de horchata y cervezas veraniegas. Es más cubriente que la de Sante y mucho más que la de Montalto. Quizá por eso, a pesar de ser traslúcida, es la que más me pesaba ¡pero ni punto de comparación con las bases con química! El precios de este producto es de unos 24 euros en envase de 30 ml y está disponible en cinco colores. Entre sus ingredientes sorprende en segundo lugar, tras el agua, es el alcohol, mientras que las otras bases ninguna de ellas contiene alcohol. Sin embargo, el resto del INCI es maravilloso y destaca en tercer lugar la Anthyllis Vulneraria, una planta utilizada por ser hemostática, cicatrizante y regenerante, seguida del extracto de carlota. Entre las mantecas y aceites podemos encontrar macadamia, aguacate, jojoba, albaricoque o karité, además de ingredientes como rosa damáscena o hamamelis. Por supuesto tiene certificado ecológico, y uno de los más estricto como es Natrue. Es más, este producto cuenta con el aval más riguroso de esta certificadora como es el Orgánico.
De nuevo me ha quedado un post laaargo como un día sin pan, así que dejo para mañana (palabrita del niño Jesús) los productos en versión polvo compacto y tierra de sol.
De momento os pongo algunas páginas de marcas en las que poder deleitaros con los colores, los tonos y las texturas…
Sante
Nvey Eco
Organiqs
Eco Cosmetics